Pequeños negocios que crecen más de un 100%
- Barbería Tío Jorge ha multiplicado por 10 su facturación llegando al medio millón de euros
- Vértice Estudio ha pasado de facturar unos 50.000 euros a cerca de 370.000 euros
- Los pequeños negocios cometen errores clave como no definir los objetivos ni fijar un plazo para su consecución
Eva Sereno
Zaragoza,
El crecimiento exponencial parece que solo puede producirse en una gran compañía porque dispone de más recursos que una pyme para poder conseguirlo, siendo habitual que en una pequeña y mediana empresa, micropyme o negocios de autónomos se tenga la sensación de que se trabaja mucho y se gana poco. Sin embargo, no siempre es así. Hay pequeños negocios que también registran un crecimiento exponencial significativo en facturación y beneficios, lo que se logra con una mejor gestión.
Y, en Zaragoza, existen varios casos. Uno de los más significativos es la Barbería Tío Jorge, que se puso en marcha en la capital aragonesa en el año 2015 con un local en un barrio residencial y que, ahora, cuenta con dos barberías, una línea de productos propia y un centro de formación del que prácticamente todos los alumnos que pasan por sus aulas finalizan con un empleo bajo el brazo.
"Tenía la creencia de que para ganar más había que hacer más horas", afirma Jorge Villarroya, fundador de Barbería Tío Jorge, a elEconomista Sin embargo, su caso no ha sido así. Con su primer establecimiento en un barrio residencial de Zaragoza, con el que fue pionero en este tipo de negocios en la capital, "entre el 50% y el 60% de la facturación era yo", afirma Jorge Villarroya. Una situación que cambió y que, incluso, le ha permitido poder no estar al pie del cañón para cursarse de su enfermedad y vivir en otra ciudad diferente a Zaragoza, donde tiene el foco de su actividad empresarial. Ahora, trabaja entre tres o cuatro horas para realizar las labores de gestión.
En la actualidad, Barbería Tío Jorge cuenta con dos establecimientos en Zaragoza, además de haber creado su propia línea de productos artesanos denominada Tío Jorge, que se vende también a otras barberías, y ha puesto en marcha el centro de formación Escuela Tío Jorge que, inicialmente, se creó para "tener cantera para la barbería y disponer de ingresos porque con los cortes de pelo te puedes quedar sin ellos como sucedió con la pandemia".
En este centro de formación, además, se consigue un alto nivel de inserción laboral, ya que prácticamente todos los alumnos se emplean en la barbería, en otros centros o bien apuestan por abrir sus propios negocios. En cada curso, se forma de manera presencial a diez personas en cada uno de los dos turnos (mañana o tarde) en los que se trabaja con modelos reales gracias a la colaboración con diferentes entidades como Cruz Roja o Aldeas Infantiles, así como con comedores sociales, para cortar el pelo a personas con dificultades, pero siempre bajo la supervisión de profesores. "Formamos a la gente que empieza desde cero, jóvenes que no tienen experiencia, pero que aprenden un oficio", señala Villarroya.
El cambio en la gestión del negocio ha sido decisivo para conseguir multiplicar por diez su facturación. En los inicios, la facturación se situaba entre los 50.000 y 60.000 euros anuales, mientras que ahora es de alrededor de medio millón de euros, correspondiéndose aproximadamente un 50% con la actividad de la barbería y el otro 50% con la escuela de formación. En empleo también se ha crecido, pasando de dos personas a diez en la actualidad. El siguiente paso que se plantea es franquiciar porque "más de tres locales es mucho para una sola persona, ya es más difícil de gestionar".
Salto en facturación también ha tenido Vértice Estudio, empresa de reformas de Zaragoza. Su fundador Pablo Pineda facturaba como autónomo entre 50.000 y 60.000 euros a finales del año 2020, pasando a los 170.000 euros en el año 2021 y con la previsión de acabar 2022 con alrededor de 370.000 euros.
Su actividad comenzó en el sector de la construcción de naves industriales y en sus reformas, así como en la realización de certificados energéticos, campos en los que fue creciendo. "Un cliente me preguntó por proyectos de construcción y reforma de vivienda y empecé a colaborar con un arquitecto. También me preguntaban por si conocía gremios de confianza. En marzo de 2021, decidí montar la empresa de reforma y vender yo la reforma", afirma Pablo Pineda, a elEconomista
Desde su creación, ha ido evolucionando favorablemente y el objetivo es ampliar su actividad para llegar a hacer la construcción de viviendas y acometer reformas más importantes, abarcando más zonas de Zaragoza para no acometer solo las típicas reformas de barrio en las que el presupuesto suele oscilar entre los 20.000 y 30.000 euros. El foco está puesto en llegar a más de 50.000 euros en los proyectos.
Además, también "me gustaría contratar a más personas. Quiero ir creciendo, pero no por facturar más, sino para conseguir una mayor rentabilidad para la empresa. Quiero un crecimiento sostenible", añade Pablo Pineda.
El cambio de gestión
Tanto en el caso de Barbería Tío Jorge como de Vértice Estudio, la formación ha sido decisiva para realizar una mejor gestión de sus respectivos negocios. Ambos se han formado con Level Up, escuela de negocios especializada en pymes y autónomos, que realiza acciones formativas en Zaragoza como el evento 'Reinicia tu negocio', además de impartir diferentes programas y formaciones que, incluso, pueden cursarse online.
"Había intentado modificar por mi cuenta las horas de trabajo que realizaba, pero no funcionaba y había leído libros y acudido a algún evento, pero no tenían nada que ver con lo que buscaba", afirma Jorge Villarroya, quien realizó acciones formativas relacionadas con el crecimiento personal y empresarial, entre otras.
"Me he librado de miedos. He estado siempre solo hasta ahora y siempre he tenido miedo de que me ayuden", además de tener el reto de "buscar gente que les guste el trabajo, que tengan iniciativa porque el conocimiento y práctica ya lo cogerán. A nivel comercial he aprendido formas y maneras de llegar a la gente, cerrar acuerdos, herramientas de presentación y a mejorar la experiencia" de los clientes, añade Pablo Pineda, quien también se ha formado en Level Up. "Es una formación que tiene un impacto" directo en la actividad que se realiza.
La formación de Level Up permite también acabar con los errores más habituales en las pymes y autónomos en relación a sus negocios como el hecho de no definir los objetivos, no fijar un plazo para conseguirlos ni las acciones a desarrollar. Este conocimiento se trasladará por ejemplo, en el próximo taller 'Este año sí' con el trainer Miguel Navarro.
También se acabará con otros errores como la realización de los cambios de golpe, ya que se deben producir con pequeños pasos pero constantes; la idea de que hay que pensar en pequeño poniéndose límites, la falta de estímulo que lleve al esfuerzo para conseguir los logros y dejarse llevar por el entorno, entre otros.