Esta es la multa 'de moda' en la DGT: desde 500 euros hasta cárcel por negarse a los controles

La campaña de verano que está llevando a cabo la Dirección General de Tráfico (DGT) ha terminado estos días con una de sus más importantes apartados. Enfocado hacia uno de los mayores peligros en carretera, más en verano con fiestas y verbenas populares, el saldo de multas por estas conductas ha sido considerable con sanciones que pueden acabar hasta en penas de prisión.

Desde el pasado 2 hasta el 8 de agosto, los agentes de Tráfico, en colaboración con diferentes cuerpos autonómicos, han llevado a cabo una intensa operación de controles de alcoholemia y drogas en las carreteras españolas. Todo con el fin de evitar las imprudencias al volante, en este caso una de las más repetidas y de las que más vidas cuesta cada año.

Y es que en esta última operación se han 'cazado' casi 3.000 conductores que circulaban por encima de los límites permitidos sobre estas sustancias. Una media de 420 pilotos diarios, lo que supone, eso sí, un descenso de 30 personas respecto a la última operación llevada a cabo en junio.

Datos que demuestran que los operativos de la DGT están resultando eficaces así como las diferentes campañas para concienciar. Pese a ello, la institución que dirige Pere Navarro considera que las cifras siguen siendo "inaceptables" ya que estas conductas ponen en riesgo a todos los usuarios de la vía. 

Multas por conducir bajo la presencia de alcohol y drogas

Con multas que van desde los 500 euros y cuatro puntos del carnet hasta la pena de cárcel de tres a seis meses más la retirada del permiso de conducción, a esta última sanción se enfrentan hasta 250 conductores. Bien por superar la tasa de 0,6 mg/l en aire o bien por negarse a hacerse el respectivo control, todos ellos pasaran a disposición judicial donde se determinará su sanción.

Además, en lo que respecta al consumo de estupefacientes, 1.386 conductores dieron positivo estos días en alguna sustancia siendo el cannabis la mayoritaria (71%). Todos ellos se enfrentan bien a una sanción de 1.000 euros y la pérdida de 6 puntos en el carnet o bien a una pena de tres a seis meses de cárcel más la retirada del permiso. De ello depende si la conducción era bajo presencia de drogas o bajo la influencia de ellas.