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Las pérdidas millonarias de los famosos que se 'subieron' al negocio del vino

Antonio Banderas, en una publicidad de su bodega, Anta Banderas.

Fueron muchas celebridades las que pensaron que las bodegas eran un negocio seguro. Además, estaban de moda. Sin embargo, muchas de estas aventuras enológicas han acabado con pérdidas millonarias para muchos de ellos.

Frivolidad. Es el adjetivo mayormente repetido entre los bodegueros y enólogos que se refieren a la estrategia comercial de unir el nombre de un vino al de un deportista, actor o cantante.

También es el mayor miedo para muchos que se lanzaron a hacerlo por la necesidad de dar un empujón comercial a un proyecto sólido que estaba empezando.

Según relata el diario El Mundo, los consumidores han castigado con dureza este "maridaje", y pocas son las bodegas de famosos que han subsistido en años de crisis. Algunas de ellas, están en concurso de acreedores, otras, pugnando en los tribunales.

Uno de los negocios más ruinosos unidos a los viñedos lo ha protagonizado Joan Manuel Serrat, que, junto a sus socios, invirtió 20 millones de euros en Mas Perinet en 1989, una bodega llamada a revitalizar la zona del Priorat. Acaba de venderla a un grupo de inversores de EEUU por menos de la mitad de la inversión.

Banderas, Messi, Aragón...

Otro de estos casos es el de Antonio Banderas, la estrella del cine español y norteamericano, quien soñó ser dueño de una bodega al igual que otros compañeros de Hollywood como Francis Ford Coppola o Angelina Jolie. La bodega Anta Banderas, de la que posee el 50% y en la que se involucró mucho personalmente, ha generado pérdidas millonarias y hoy se encuentra en concurso de acreedores.

Esta situación también la conoce el presentador Bertín Osborne, que ha dejado su bodega Conde del Donadío como nueva tras unas obras para intentar venderla a continuación debido a las pérdidas que acarrean los grandes gastos de producción.

Leo Messi, futbolista del FC Barcelona, se encuentra actualmente en los tribunales con la bodega a la que vinculó su nombre, la argentina Casa Bianchi, debido a que una empresa portuguesa produce un vino con un nombre muy parecido.

Emilio Aragón también ligó su nombre al vino, en concreto, a las Bodegas Martúe, con quienes está también en pugna judicial pese a que los problemas no eran económicos. Los socios terminaron con roces, y de ahí, en acusaciones ante el juez.

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