
El director de cine Andreas Pichler contó en el documental Das Venedig Prinzip (El síndrome de Venecia, 2012) cómo una ciudad puede perder su esencia convirtiéndose en una especie de parque de atracciones por culpa de la masificación del turismo. La bella ciudad de los canales recibe unos 22 millones de visitantes al año, 60.000 al día. Y desde los años 50, ha sufrido un descenso de población desde 175.000 a 50.000 habitantes. Una realidad que destinos turísticos de primer nivel como Barcelona o Roma tratan de evitar. Brujas, como otra gran ciudad turística, conoce los aspectos negativos del turismo y trabaja por ponerle remedio. "En muchas otras ciudades europeas vemos daños a monumentos o edificios, la función residencial en juego, la calidad de vida en riesgo, el deterioro de la diversidad económica, la presión sobre la movilidad urbana y la aparición de 'trampas para turistas'", explica Renaat Landuyt, alcalde de Brujas, a Evasión.
Capital de la provincia de Flandes Occidental, Brujas es una pequeña ciudad de unos 110.000 habitantes que recibió en 2017 la visita de más de seis millones de turistas que se acercaron a conocer su casco histórico –Patrimonio de la Humanidad por la Unesco-, lo que significa un promedio de 126 visitantes por cada 100 habitantes del centro por día. En términos económicos, según datos del estudio Cities Flanders, los turistas de día se gastan una media de 36 euros por persona y 114 euros los que pernoctan. Esto lleva la facturación total de turistas para Brujas a más de 300 millones de euros y la creación de 6000 puestos de trabajo.
Esta realidad económica es sin duda de interés para cualquier gestor público, sin embargo, esta ciudad europea corre el riesgo de convertirse en la próxima Venecia por su pequeño tamaño, a diferencia de otras urbes como Madrid o París, y porque su principal activo turístico es el todavía más pequeño casco histórico. En este sentido, Turismo de Brujas asegura que son muy conscientes de las posibles consecuencias negativas del turismo que puede acabar en "una espiral negativa que finalmente conduce a una tolerancia decreciente entre los residentes y una disminución de la satisfacción de los visitantes", sentencia el alcalde.
Cómo controlar el turismo
La estrategia que está realizado la ciudad es emprender acciones específicas para limitar el impacto negativo del turismo y mantener la calidad del destino a un nivel alto. "Por ejemplo, existe una preocupación permanente por nuestro patrimonio. De acuerdo con nuestro compromiso Unesco, tenemos un plan de gestión para el centro de la ciudad que presta especial atención a los 15 paisajes urbanos protegidos", explica Renaat.
Dentro de estas medidas concretas se encuentran soluciones respecto a la movilidad de turistas como calles sin automóviles (permanentes y temporales), el estacionamiento de vehículos en el centro de la ciudad se paga en todas partes y está limitado en el tiempo (excepto los residentes), hay una parada central de autobuses turísticos para evitar que recorran la ciudad y se promocionan formas de movilidad menos estresantes como la bicicleta.
El centro de la ciudad es para sus habitantes
Otro de los objetivos de la ciudad para luchar contra los aspectos negativos del turismo es trabajar por alterar lo menos posible la vida de los habitantes de Brujas, sobre todo los del centro de la ciudad. Así, actúa contra las molestias que puedan generar los gestores de los grupos de turistas como el reclutamiento agresivo, la publicidad engañosa, el ruido y el comportamiento irrespetuoso. "Aquellos que rompen las reglas corren el riesgo de ser multados. Brujas es la primera ciudad de Europa que toma la iniciativa de regular las visitas turísticas de esta manera", sentencia el alcalde de Brujas.
Otra de las áreas de actuación es el control del precio de la vivienda. La oficina de turismo explica que la Corporación de la ciudad siempre ha sido consciente de los riesgos que el turismo representa sobre el precio de la vivienda para familias y locales. Por ello, aunque entiende a Airbnb como cualquier otra plataforma de reserva de alojamiento, "deber tener los permisos de planificación necesarios para operar un alojamiento y, por supuesto, también deben cumplir con la seguridad contra incendios, que es monitoreada por el cuerpo de bomberos". Asimismo, el ayuntamiento introdujo en 1996 una moratoria hotelera para no permitir más hoteles en el centro de la ciudad de Brujas. Y en 2002, se añadió una moratoria para viviendas vacacionales.
Turismo de calidad: la Trienal de Brujas
Un aspecto importante en la gestión del turismo para la ciudad de Brujas es fomentar el turismo de calidad a través de nuevas propuestas turísticas como es la Trienal de Brujas, una evento artístico donde enamorarse de instalaciones de artistas contemporáneos y arquitectos de todo el mundo que se distribuyen por todo el centro histórico. La edición de este año comienza el cinco de mayo y se prologa hasta el 16 de septiembre.
La Oficina de Turismo explica que la Trienal es un elemento particularmente importante en el fortalecimiento de la imagen de la ciudad porque además de un destino patrimonial único, Brujas es una ciudad dinámica y contemporánea: "Por lo tanto, la Trienal respalda al 100% nuestra línea de base turística: 'Brujas, donde el patrimonio se encuentra con la innovación'", sentencia Renaat Landuyt.