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Los proyectos arquitectónicos que nunca llegaron a Nueva York

La ciudad de Nueva York está íntimamente ligada a su arquitectura. Icónicos rascacielos y edificaciones vanguardistas conforman una imagen de la ciudad caracterizada por la modernidad o la belleza del capitalismo que ha marcado un determinado estilo de vida. Sin embargo, el Nueva York de hoy pudo ser diferente y los emblemas como el Empire Sate o el Chrysler pudieron ser otros. La exposición Never Built New York (Queens Museum: 17 de septiembre 2017-18 de febrero de 2018) realiza un recorrido sobre los diseños "urbanísticos de mayor alcance que nunca llegaron".

Organizada por los editores Sam Lubell y Greg Goldin y diseñada por los estudios de arquitectura Christian Wassmann y Gensler, esta exposición presenta los planos, las representaciones y los modelos a escala de algunos de los proyectos arquitectónicos más visionarios de los últimos 150 años, y sobre todo que nunca llegaron a término. En total son unos 70 diseños que pertenecen a arquitectos tan importantes como Frank Lloyd Wright, Sanford White, Louis Kahn, Marcel Breuer, Moshe Safdie, Venturi Scott Brown, Frank Gehry, Rem Koolhaas, o Zaha Hadid, entre otros.

La muestra ha sido diseñada como una ensoñación urbana de todos esos proyectos interruptus que hubieran cambiado la ciudad más allá de su reconocimiento, "tanto para mejor como para peor", dice Sam Lubell. Los visitantes se adentran en un recorrido que les transportan a ese otro Nueva York desde el momento en que entran. "La exposición llevará a los visitantes más allá de las limitaciones de la realidad, en una historia alternativa de Nueva York", añade. Las recreaciones en 3D de los diferentes diseños fueron realizadas por estudiantes de la Escuela de Graduados de Arquitectura, Planificación y Preservación de la Universidad de Columbia.

Una representación de tres metros de altura de las Parallax Towers de Steven Holl (1990), una composición de varios rascacielos que habrían surgido del río Hudson y conectados por elevadores horizontales. Y la planificación de 1858 del arquitecto John Rink, que había imaginado Central Park como un gemelo a los jardines de Versalles son algunos ejemplos de lo que se puede ver en esta exposición.

Sin embargo, los responsables de Never Built New York también buscan reconocer con esta exposición el talento de los arquitectos porque algunos de estos trabajos de creación afortunadamente no quedaron en el olvido y fueron realizados en formas menos ambiciosas o incluso sirvieron de inspiración para otros proyectos. Un ejemplo es la torre para el Museo de Arte Moderno de Nueva York (1930) que se transformaría en el edificio PSFS en Filadelfia (1932), conocido como el primer rascacielos moderno del país.

Además, esta catalogación de estos proyectos no construidos busca subrayar los desafíos a los que se enfrentan los arquitectos para obtener ideas innovadoras desde el concepto hasta el desarrollo. Y pretende estimular un debate sobre la importancia de la arquitectura para resolver "algunos de los problemas más urgentes de este tiempo -la sostenibilidad ecológica, el desplazamiento de la población y la inequidad económica- que están ligados al entorno construido".

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