Cuando hablamos de hoteles solemos imaginarnos grandes edificios que se levantan en medio de una ciudad con un sinfín de habitaciones contiguas. Pero no todos son así. De hecho, hay hoteles tan pequeños que sus habitaciones son individuales, separadas unas de otras y enclavadas en medio de la naturaleza. Hoy nos alojamos en los tres hoteles más pequeños del mundo.
En Noruega se encuentra el hotel Juvet, todo un lujo a pequeña escala. Concretamente se encuentra en Alstad, un pequeño pueblo rural con diques empinados donde el hotel se encuentra rodeado por pinos y rocas milenarias. Sus habitaciones, siete en total, son cubículos de madera mimetizados con el bosque con paredes que son amplios ventanales que ofrecen a los huéspedes unas vistas increíbles a la naturaleza. El hotel fue diseñado por Jensen y Skodvin, que decidieron que las instalaciones se confundieran con el entorno. 27 metros cuadrados con un diseño chic propio del siglo XX e ideales para los amantes de la naturaleza, la tranquilidad y el relax del norte de Europa. El precio por noche y por persona ronda los 170 euros.
Otra experiencia única, en un lugar único y memorable, es pasar la noche en un iglú. En Finlandia se encuentra el Hotel Kakslauttanen, diseñado para los valientes que se atrevan a vivir la experiencia, eso sí, sin perder la comodidad. Cada iglú mide 18 metros cuadrados separados uno del otro para que la experiencia sea lo más real posible. Una de las ventajas de poder dormir en este hotel es que podemos disfrutar de las increíbles auroras boreales desde nuestra propia habitación. En los alrededores de este hotel no hay nada, bosque, es el lugar ideal para poder desconectar del mundo. Concretamente se encuentra a 250 km al norte del círculo polar, está lejos pero a la vez muy bien comunicado. El precio por noche y por persona ronda los 190 euros.
En Teruel, España, existe uno de los hoteles más pequeños del mundo. Se trata del Hotel Consolación, compuesto por ocho cubos de madera, cada uno de ellos cuenta con una pared de amplios cristales y una decoración minimalista para poder disfrutar de la tranquilidad y del descanso son salir de nuestro país. Este hotel singular está ubicado en uno de los parajes más bellos y a la vez desconocidos de España, el Matarraña, un lugar donde la vegetación se extiende por todos lados y hasta donde alcanza nuestra vista. La tarifa completa de este hotel cuesta entre los 200 y 170 euros.
Aquellos que han tenido la gran oportunidad de hospedarse en alguno de estos tres hoteles hablan maravillas. Para ellos es el lugar ideal donde poder desconectar, reflexionar y dejarse influir por la fuerza de la naturaleza.