
Es más que probable que en el último mes haya cenado en un restaurante de hamburguesas autodeclarado gourmet. Se trata de locales con un estilo cool de cartón piedra, mucha lámpara rara, numerosísimos platos de pizarra y un todavía olor a nuevo que evidencia la actual moda de las burger. ¡Basta ya! Hay que acabar con esto de raíz y hacer como Donald Trump pero a la inversa: coman un buen pepito de ternera por cada vez que alguien dice "por qué no vamos a ese sitio nuevo de hamburguesas gourmet".
No hace tanto que la cadena de restaurantes Pans & Company era protagonista de las fiestas de cumpleaños para niños, y conseguía hacer frente a las pizzerías y a los reyes de la comida rápida: Burguer King y McDonald's. Por desgracia, las colonizadoras hamburguesas estadounidenses en versión fast food o gourmet han, precisamente, colonizado la tradición más patria del bocata con catedrales gastronómicas como el pepito de ternera o el bocata de calamares -con o sin mayonesa-.
¿Qué es eso de convertir en gourmet la mórbida gastronomía yanqui? No cabe confusión. Aunque el filete de carne picada entreverado en un pan redondo tiene un origen europeo, la costumbre de ir a comer hamburguesas, de encontrar la mejor burguer con queso y demás aficiones son más propias de la última sitcom americana de éxito -si no que se lo digan a Marshall de Como conocí a vuestra madre-. Es decir, una conquista gastronómica de aquellos que toman rosquillas, sándwiches y perritos calientes.
Por fortuna, el siempre vanagloriado bar Paco -ese que huele un poco raro y ninguno de los camareros tiene barba hipster- ha mantenido la costumbre de ofrecer la posibilidad de meterse entre pecho y espalda un buen bocata a la 12:30 de la mañana, de esos que manchan las comisuras labiales, que ponen en un aprieto la virilidad de cualquier hombre y que son muy parecidos a los bocatas que se hacen en casa, casi al terminar del comer, con la rodaja de tomate, la patata frita y el filetito de ternera. Moje bien el pan en la salsa.
El futuro está con el bocata. La moda de las hamburguesas gourmet es eso, una moda que recuerda muy mucho al dichoso yogur helado -o frozen como ustedes prefieran-. Al reinado de las hamburguesas le quedan los días contados, y el bocata pronto recuperará el podio del que nunca debió ser relegado. Vayan a su bar Paco de referencia o los muchos nuevos locales de bocatas elaborados que están naciendo y conviértanse de nuevo en ese niño con su bocata XXL de la hora de merendar.
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