
Puskin es el nombre del perro schnauzer del entonces príncipe Felipe, a quien le unía un gran cariño y una relación muy estrecha.
El can dormía en la misma habitación del ahora monarca español, y cuando preveía un próximo viaje, contraía problemas digestivos y hasta dejaba de comer.
Según recuerda el periodista especializado Jaime Peñafiel en su columna de El Mundo este domingo, fue Letizia quien acabó con este amor entre el perro y el príncipe. Cuando la hoy Reina comenzó a vivir con él, prohibió que Puskin durmiera dentro de la casa. Felipe VI lo aceptó para evitar mayores problemas de convivencia.
Esta anécdota la ha traído Peñafiel a su columna con motivo del regalo de primera comunión que recibió la princesa Leonor: otro cachorro de schnauzer, la misma raza del desterrado Puskin.