
Tras la retirada del actor Charlie Hunnam del proyecto cinematográfico más codiciado del año, la adaptación de la trilogía de E. L. James Cincuenta sombras de Grey, el interés sobre quién encarnará al carismático personaje literario se ha disparado.
Los fans han vuelto a hacer una fuerte campaña para que Warner Brothers satisfaga sus deseos, y los nombres de los favoritos vuelven a estar sobre la mesa de los directivos del estudio.
El caso de Robert Pattinson es curioso. Fue la primera opción de la autora de la millonaria saga como futura cara de Christian Gray y, sin embargo, no llegó a ser considerado por los estudios. ¿Por qué? Al parecer, los productores consideraron imposible que Pattinson quisiese aceptar un rol así tras los problemas que le había suscitado la fama mundial que le brindó el protagonismo de la saga Crepúsculo.
No es desconocido que el actor pasó de llevar una vida tranquila en Londres, donde, a pesar de su participación en un episodio de Harry Potter no era objetivo de los papparazzi, a sumergirse en una vorágine de cámaras y fans que han puesto en jaque su vida privada.
Nunca estuvo en las quinielas
Fuentes cercanas a Robert Pattinson que cita la revista on line Hollywood life aseguran que Pattinson es consciente de que nunca estuvo en las quinielas para encarnar a Christian Gray pero que no hubiese rechazado abordar el personaje si se lo hubieran ofrecido.
A pesar de esto, existe un segundo motivo por el que Warner Brothers no quería al protagonista de Crepúsculo en el reparto de Cincuenta sombras de Grey, y se refiere a su elevado caché.
Los 125.000 dólares que iban a pagar a Charlie Hunnam por meterse en la piel del ejecutivo adicto al sadomasoquismo distan mucho de los honorarios que cobra Robert Pattinson por las películas en las que participa desde hace unos años. Un grueso cheque que los ejecutivos no estaban dispuestos a pagar, a pesar del tirón de Pattinson entre el público.