
Clásica. Es la palabra a la que recurriría cualquiera que fuera preguntado por el estilo de la princesa de Asturias. A pesar de no haber cambiado demasiado en su apariencia durante los últimos años, incluso los previos a casarse con el príncipe Felipe, la heredera de la Corona española se cuida y mucho. ¿Cuáles son sus ritos de belleza?
En primer lugar, el maquillaje. Tanto es así que la princesa no es amiga de los cambios de 'look', que Letizia se llevó a su maquilladora habitual de cuando presentaba los informativos en Televisión Española.
Ella le acompaña incluso en los viajes y es responsable de su apariencia radiante, basada en una buena base de maquillaje que le hace una tez perfecta y sin estar recargada. Siempre apuesta por tonos neutros, los populares 'nude' en labios y mejillas, y en los ojos solo se permite una raya verde en la línea inferior del ojo, según relata el diario El País.
Eso sí, últimamente la princesa se ha animado con las pestañas postizas, aunque no en una pieza, sino que utiliza las individuales en zonas concretas del ojo, sobre todo, en el extremo exterior, para dar sensación de apertura.
La sonrisa perfecta de Letizia ha venido apoyada por el uso de ortodoncia y con esporádicos tratamientos.
En el pelo, la princesa apuesta por tampoco innovar demasiado. Suele llevar la melena castaña clara con mechas rubias y por el hombro, y luce extensiones en ocasiones para dar volumen.
Tratamientos habituales
La asturiana también es habitual de los tratamientos estéticos no invasivos para conservar una piel del rostro radiante y sin apenas signos de envejecimiento. Se ha aplicado bótox y rellenos de colágeno, y ha pasado por el quirófano para una rinoplastia, para suavizarse la mandíbula y para implantes de pecho -esto último, antes de ser princesa-.
Letizia es muy aficionada al gimnasio, y entrena junto a los escoltas en Zarzuela, además de recibir clases de zumba dos veces a la semana. Sus hábitos alimenticios son muy saludables y vigila mucho lo que come ella y las infantas Leonor y Sofía.