Beyoncé y Alicia Keys, han sido las protagonistas, junto a los Baltimore Ravens y los 49ers, de la final de la Super Bowl. Con dos estilos bien diferentes en el escenario, el chorro de voz de ambas hizo enmudecer por unos minutos al frenético estadio de Nueva Orleans, en Louisiana.
En esta ocasión fue Keys la que entonó el Himno de Estados Unidos mientras que Beyoncé se convirtió en la protagonista musical del descanso. La cantante Jennifer Hudson también participó en el evento y, junto al coro de la Escuela Primaria Sandy Hook, de Newtown, Connecticut, interpretó America the Beautiful.
Si estaba claro que el evento sería seguido en todo el mundo, el famoso playback de Beyoncé en la investidura de Obama fue un reclamo para que aumentase la audiencia del encuentro. La cantante se vio obligada a confesar en plena rueda de prensa de presentación de la final de la Super Bowl que había entonado el Himno sobre una canción pregrabada en su actuación ante el mismísimo presidente.
A pesar de su error, todo el mundo ha confiado en la cantante y su actuación en la final de la Super Bowl ya se considera el espectáculo musical con más audiencia televisiva del año en Estados Unidos. Este escenario también ha contado en otras ediciones con artistas de la talla de Madonna, Bruce Springsteen, los Rolling Stones, Black Eyed Peas o The Who.
Beyoncé se ha resarcido con una actuación espectacular y con los ojos de medio mundo puestos en ella. Sacó todo su poderío a escena y demostró, como buena estrella que es, que al mal tiempo buena cara y que un error lo tiene cualquiera. La cantante ha dejado atrás el "miedo escénico", se ha puesto sus mejores galas (un traje de cuero entallado y sugerente) y ha ignorado las críticas que sufrió hace tan solo unos días. Love on top fue el tema de apertura con el que encendió al público de todo el mundo.
Además, a Beyoncé se sumaron Kelly Rowland y Michelle Williams, integrantes del grupo que la consagró, Destiny's Child y con las que cantó los écitos Bootylicious, Question y Single ladys. Crazy in Love y la balada Halo fueron las canciones con las que la artista puso broche final a su impecable actuación y con las que enfervoreció al estadio de fútbol americano.
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