La modelo y diseñadora dio a luz a su bebé hace apenas dos meses. En su embarazo descuidó su peso y engordó más de la cuenta. Ahora quiere recuperar su figura y ha contado con la ayuda de la famosa Weight Watchers, pero parece que eso no es suficiente.
Estando todavía embarazada, el 1 de mayo firmó un contrato de más de 3 millones de euros (4 millones de dólares) con la empresa dietética Weight Watcher, que le va a ayudar a perder peso además de convertirse en representante de su marca.
Según Contactmusic, a pesar de que sabe que su imagen no va a dar un cambio radical, ya que solo es cuestión de perder unos pocos kilos, Jessica está muy entusiasmada con conseguir esa transformación y ver los resultados tan esperados.
Tras dar la bienvenida a su primera hija con Eric Johnson, ella dijo refiriéndose a las dietas: "Para mí, lo que realmente quiero hacer es llevar un estilo de vida normal. En el pasado he conocido el efecto yo-yo".
Ahora está centrada en la pérdida de peso gradual. Un portavoz de la empresa dietética ha dicho: "Weight Watchers lo hará posible a largo plazo. Estamos con ella al cien por ciento hasta que ella desarrolle una nueva relación con la comida y las actividades".
Aún así, Jessica Simpson necesita más ayuda de la esperada y sabiendo los problemas que tiene con la comida basura, la diseñadora ha hecho que todas las personas que están en su entorno se sumen a la dieta para que Jessica no se sienta sola, según afirma UsWeekly.
Si en un principio Jessica Simpson tenía muchas ganas de ponerse manos a la obra para recuperar su figura, ahora parece que le cuesta tanto que todo el que le rodee tiene que acompañarla en este duro reto.
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