
2017 ha sido un año en positivo para el juego online en España. A la espera de la Memoria e informe anual del juego 2017, el último trimestre de ese año realizado por la Dirección General de Ordenación del Juego -órgano regulador del juego en la red- revela que el importe total de las cantidades dedicadas a la participación en el juego (GGR) ha experimentado un aumento del 23,49% respecto al trimestre anterior y del 37,94% respecto al mismo trimestre de 2016. Un aumento del juego que también tiene su traducción en el juego físico. Flor Díaz Corbacho, directora comercial de Casino Gran Madrid, explica a eVASIÓN que la estandarización del juego online ha supuesto un aumento del público joven en las sesiones y torneos de poker de Casino Gran Madrid y Torrelodones.
Los casinos, timbas de póker o tragaperras siempre han ido de la mano de la oscuridad propia de las aficiones menos confesables. Sin embargo, el anonimato y la soledad del mundo virtual están favoreciendo un aumento del número de aficionados a este tipo de juegos de azar. Una nueva realidad que ha creado un nicho de clientes que está dando el salto a la clásica partida de poker en casino. "Tenemos una gran variedad de clientes, desde el joven que quiere tocar tapete porque procede del mundo online hasta el mayor que ha jugado toda su vida a las diferentes modalidades de poker", explica Díaz Corbacho.
El pasado fin de semana este casino madrileño celebró el Silver Poker Series, torneo con un precio de entrada de 200 euros y premio total de 50.000 euros. Una oportunidad para comprobar el nuevo tipo de jugador que está llenando las mesas de poker y que la directora comercial de Casino Gran Madrid clasifica como mayoritariamente masculino -97% hombres y un 3% mujeres- y de un nivel social medio.
Lo primero que destaca al observador del torneo es la edad de los participantes. No solo hay un aumento del público joven, sino que hay una brecha importante entre ellos: o pertenecen a la vieja escuela o forman parte de esta nueva remesa de jóvenes, venidos del online, que quieren poner a prueba sus habilidades de juego en un tapete físico.
Esta diferencia no solo se aprecia en la edad. Los más jóvenes, cuenta un responsable del casino a este medio, mientras juegan buscan reproducir el mismo escenario que en su casa. Así, suelen usar gafas de sol para distanciarse del resto de jugadores, llevan cascos de música para tratar de evadirse del entorno e incluso hay muchos que a través de su móvil inteligente o tableta mantienen al mismo tiempo partidas a poker online. Lo cierto, Casino Gran Madrid ha tenido que incluir puertos USB en las mesas de juego para que los participantes puedan cargar sus dispositivos electrónicos.
Este choque generacional y de formas de jugar no siempre es bien acogido por los más experimentados en el juego. El jugador más clásico, los que ya pintan canas, no siempre reciben con agrado la forma en que los jóvenes tratan de ocultarse bajo las gafas, cascos o gorros.
Otra de las diferencias entre ambos grupos es el estilo. Aunque los casinos y el poker siempre han estado asociados al poder y el dinero. Las normas protocolarias ahora son menos exigentes para atraer a la nueva remesa de jugadores jóvenes. Flor Díaz Corbacho explica que el único código de vestimenta "es no venir en chanclas y bañador, pero en verano ya puede venir el cliente con pantalón corto". Nuevas normas que añaden centímetros a la brecha generacional y al típico jugador de poker de americana, gomina y bronceado marbellí que todavía existe.