Iba para abogado de éxito, pero acabó creando una de las sastrerías más prósperas de todo el barrio de Salamanca de Madrid. Para eso Alejandro García tuvo que dejar una posición más que acomodada como abogado en el sector inmobiliario, dar la vuelta como un calcetín al negocio familiar y arriesgarse a defraudar su padre. "Si él viera en lo que he convertido su tienda…".
Jajoan era una pequeña sastrería de la madrileña calle Bravo Murillo nacida en 1967 en la que Jaime, Jose y Antonio, tres hermanaos que decidieron unir sus iniciales para dar nombre al negocio, creaban con sus manos impolutos trajes a medida para todo aquel que cruzaba sus puertas. Durante los primeros años la sastrería marchó bien, pero con la llegada de los trajes confeccionados a gigantes como Zara la gente parecía menos dispuesta a gastarse unos euros de más por un traje a medida.
El negoció comenzaba a naufragar cuando sus dueños fallecieron. La tragedia familiar dejó a Alejandro al frente de un negocio que no era su especialidad y que quiso hacer desaparecer. Pero corría el año 2006 y desde su posición como abogado intuyó la gran crisis inmobiliaria que se avecinaba. Esa circunstancia, sumada al hecho de que dejar morir el negocio familiar no le estaba resultando tan fácil como preveía, lo hicieron decidirse. "Algo se me movió dentro". Hoy en día Jajoan vende más de 22.000 trajes al año y además de de haberse hecho con el selecto barrio de Salamanca acaba de expandir sus horizontes con la tienda de zapatos a medida Holborn, ubicada en la que fue su primera tienda en la zona.
Lo primero fue trasladarse de Bravo Murillo en busca de un nuevo perfil de cliente. Por eso se trasladó a General Díaz Porlier en busca tanto de un público habituado al traje a medida y exigente, como de los jóvenes del barrio que empezaban a trabajar por primera vez y necesitaban un nuevo armario de trajes y camisas. Pero el cambio de enfoque fue más allá. A los trajes a medida que su padre y tíos hacían a mano añadió dos nueva líneas: el ready to wear del que sus familiares siempre renegaron y la sastrería artesanal. Desde los 250 euros por el traje listo para llevar -con camisa y corbata incluidas-, al conjunto hecho en tejidos Loro Piana por 795. "Y desde ahí todo lo que quiera gastarse el cliente, hasta 15.000 euros", asegura Alejandro García.
Corbatas, tirantes, gemelos y calcetines completan la oferta de un negocio que ya cuenta con varios locales y que se ha convertido incluso en el proveedor oficial del Villareal CF. ¿El secreto para aunar los mejores tejidos, los precios asequibles y el éxito? Tener una fábrica en España, taller en la propia tienda y la cantidad.
Su saber hacer se ha extendido boca a boca, y hoy en día además de oficinistas y jugadores de fútbol Jajoan atiende también a políticos en activo que disponen de una propia entrada secreta para dar mayor privacidad. Pero no acuden solo por los trajes. El trato es otro de los grandes secretos de Alejandro. La sonrisa es básica para poder trabajar en Jajoan y los clientes pueden incluso jugar al golf mientras esperan los arreglos de los trajes en un pequeño campo de golf habilitado en la parte trasera de la tienda. Los viernes a última hora incluso hay copas y DJ.
Tímido y con un poco de apuro Alejandro asegura que a su padre le hubiese horrorizado saber que sus sastrería ofrece ahora trajes listos para llevar e incluso calcetines. Pero su sonrisa al decirlo desmiente sus temores y habla de un negocio de éxito que ha sabido reinventarse sin perder su seña de identidad: la calidad.