Cada año, miles de hippies, artistas y alternativos se reúnen en el desierto de Black Rock, en Nevada (EEUU) para disfrutar del festival Burning Man: un evento de arte, autoexpresión y autorrealización. La edición de este año (25 agosto-5 de septiembre) ha empezado con polémica por un servicio de transporte al festival en helicóptero de lujo.
Este festival reúne cada año en la ciudad efímera Black Rock City a miles de personas -53.000 en la edición de 2012- dispuestas a disfrutar del arte, de la música, y de un estilo de vida diferente. La ecología, la economía del trueque, la inclusión, el esfuerzo comunal o la responsabilidad cívica son algunas de las tesis que defiende este festival. Y la quema de una gran figura de madera es uno de sus principales eventos.
Sin embargo, con el paso del tiempo este festival parece estar convirtiéndose en un uno más del verano, donde las empresas ven una oportunidad de negocio. Una de ellas es la compañía Coastal Helicopter que ofrece durante toda la semana del festival un servicio de transporte en helicóptero de lujo, a bordo del Sikorsky S-76.
Este modelo de helicóptero es el que suele utilizar la familia real británica o el candidato a la casa blanca Donald Trump. El Sikorsky S-76 tienen capacidad para ocho personas y está dotado con dos motores para aumentar la seguridad. Los precios de ida y vuelta por pasaje al festival cuestan 2500 euros, y la compañía espera ofrecer entre cinco y seis vuelos cada día.
Este servicio ha sido objeto de críticas por parte de los visitantes del festival, pues su filosofía no cuadra con el ideario de Burning Man. De hecho, lo que más ha molestado es la campaña publicitaria de Coastal Helicopter, protagonizada por varias mujeres ligeras de ropa y de estética hippie disfrutando de un cómodo vuelo en un helicóptero de lujo.
Cabe recordar, que el decálogo de intenciones que inspiran este festival aboga por la libertad, la expresión artística y personal, la música o la paz. Y critica la avaricia del mundo, el marketing, la mercantilización o las guerras.