
El pasado 24 de junio, durante la entrega de diplomas a los graduados en la prestigiosa escuela de negocios HEC de París, ocurrió algo poco común: el director general de Danone, Emmanuel Faber ,de 52 años, se sinceró ante un auditorio repleto de ávidos pupilos sedientos de éxito profesional (y económico).
La Escuela de Estudios Superiores de Comercio (HEC) de París está considerada como una de las mejores escuelas de negocios del mundo. Pronto, muchos de sus graduados se convertirán en los directores generales de las empresas más importantes de hoy y de mañana. Hombres y mujeres inteligentes que alcanzarán el poder de decidir y el dinero para cambiar las cosas.
Ante este rebaño de ímpetu enfervorecido, el actual director general de Danone les habló sobre los privilegios y desventajas a las que se tendrán que enfrentar como directivos de una gran empresas. "Tendréis que superar tres grandes enfermedades, que llegarán, con facilidad, a la posición que vais a adquirir tras vuestra graduación, amigos míos: el poder, el dinero y la gloria".
Respecto a la gloria el CEO sentenció: "Olvidaos. Es solo una carrera sin fin que no conduce a ninguna parte".En cuanto al dinero, Emmanuel aconsejó a los recién graduados que no sean "esclavos del dinero. Sed libres. Sea lo que sea en lo que lo ganéis o lo que hagáis con él". Y finalmente con lo relativo al poder, el líder de Danone sentenció: "El poder solo tiene sentido si vuestro liderazgo es un liderazgo de servicio a los demás, y si encontráis la forma de que sirva a ese propósito".
El propio Emmanuel Faber fue alumno de la exclusiva HEC. Y seguramente, muchas de las metas interesadas que tienen los recién graduados de esta escuela fueron en un pasado suyas también. Sin embargo, la dilatada carrera profesional de Faber ha provocado que la principal reflexión en este discurso fuese que el desafío de la economía y el desafío de la globalización es la justicia social. "Sin justicia social no habrá economía", quiso sentenciar el CEO y añade: "Nosotros, los ricos, los privilegiados, podemos levantar muros cada vez más altos (...) pero nada detendrá a quienes tienen necesidad de compartir lo nuestro".
Como se ve en el vídeo, el auditorio de futuros directores generales en pie rompió en calurosos aplausos no sin antes escuchar una última reflexión. Emmanuel Faber animó a todos los jóvenes presentes a que buscasen en su interior a la vocecita que "os dice que sois más grandes de lo que pensáis que sois (...) esa música interior, esa melodía que es verdaderamente vuestra, una melodía única que cambiará la sinfonía del mundo a vuestro alrededor".
El director general de Danone tenía esa voz pero una voz en forma de hermano pequeño. Emmanuel Faber, durante este discurso, reconoció la vida de su hermano pequeño que murió a causa de una esquizofrenia. Asegura que la dura vida de su hermano le sirvió para recordar de dónde venía. Y recuerda que gracias a él aprendió a pasar la noche buscándolo por la calle, a conocer el mundo de los hospitales psiquiátricos, descubrir la amistad de los sin techo o aprender que se puede vivir con muy poco y ser feliz".