Por mucho que a las abuelas no les guste, la tendencia de los pantalones rotos es perenne en el mundo de la moda. Desde el roquero más ochentero hasta el joven más fashion victim llevan rotos en sus pantalones.
Sin embargo, entre esos dos estereotipos hay una diferencia importante. El roquero tiene esos rotos porque se los ha hecho él o por el propio uso. Y en cambio, el joven fashion victim los tiene porque una amable tienda se los ha facilitado, previo pago de su importe.
Las grandes firmas del low cost o las de lujo gastan importantes sumas de dinero en romper los pantalones para conseguir el roto perfecto que esté a mitad camino entre lo natural y el diseño. La compañía japonesa Zoo Jeans también tiene ese objetivo, pero ha aplicado una estrategia (bastante) diferente al resto de fabricantes de moda.
Esta compañía japonesa describe a sus pantalones como "los únicos pantalones vaqueros de la tierra diseñados por los animales". Y lo mejor es que es cierto. Los rotos de los vaqueros Zoo Jeans los han hecho unos tigres de bengala y también leones del Kamine en Hitachi, Japón.
El proceso es el siguiente: los trabajadores de la marca recubren piezas neumáticas de telas vaqueras y se las lanzan a las jaulas de los leones para que jueguen. El resultado son unos pantalones desgarrados y rotos de una manera que la producción industrial jamás podría imitar.
Aunque la idea pueda ser atractiva, el objetivo principal de estos pantalones ha sido un método de recaudación de fondos para el zoológico. Algunos de estos vaqueros sumaron cifras superiores a los 1000 euros.