Una de las firmas de lujo más prestigiosas del mundo es Hermès, una Maison francesa que desde sus inicios ha apostado por la creación de complementos muy lujosos de forma totalmente artesanal. La familia Hermès se introdujo en el mundo de los complementos a principios del siglo XIX, apostando por la creación de bridas y arneses para vestir los carruajes de aquellos nobles y señores de rancio abolengo del momento. En 1830, Thierry Hermès, funda la icónica firma de lujo.

La marca comenzó, por aquel entonces, a incluir entre sus creaciones preciosos accesorios de talabartería, es decir, piezas de cuero para los caballos. De esta forma lograron ganarse un nombre entre la alta sociedad francesa, lo que les permitió abrir su famosa tienda, que hoy en día continúa en el mismo lugar, la Rue du Faubourg Saint-Honorè en París. La creación de piezas artesanas, elaboras en pieles de altísima calidad permitió que Hermès fuera desde sus inicios un famoso icono del lujo.

El primer bolso de la firma nace en el año 1900 y se trataba de un portasillines para colocar en el caballo, pensado para las personas adineradas. En aquellos momentos, eran 80 los maestros artesanos que trabajaban para la firma de lujo. Todos ellos dedicaban sus horas a crear todo tipo de accesorios para el mundo ecuestre. De hecho, en la actualidad, Hermès continúa manteniendo en alza sus inicios. Es decir, sigue dando muchísima importancia al mundo del caballo. Además, su fantástico logo, que apenas ha cambiado con el paso de los años, demuestra que la equitación es su principal apuesta.

Invención de la cremallera

El nieto de Thierry Hermès, que era un visionario, apostó por el uso del cierre relámpago en muchos de los artículos de la firma. Y este aparato de nombre extraño no era otra cosa que la actual cremallera. Emile-Maurice patentó el artilugio para después venderlo a otras icónicas firmas que ya empezaban a despuntar, como Chanel.

Bolsos icónicos de Hermès

Fue en 1922 cuando la familia Hermès fabricó su primer bolso de piel artesano. Pero su famoso Kelly Bag no vio la luz hasta el año 1935. En aquel momento el bolso no tenía nombre, pero después de veinte años de existencia, la princesa de Mónaco Grace Kelly cedió su nombre a la firma y este accesorio quedó reconocido para la posteridad.

Sin lugar a dudas el bolso más icónico del mundo es el Birkin Bag de Hermès. Este fantástico complemento le debe su nombre a la actriz y modelo británica de los 70, Jane Birkin. Últimamente parece que había ciertos desacuerdos entre la modelo y la firma de moda, pero al parecer ya han logrado limar sus diferencias y los Birkin no cambiarán de nombre.

Algo fundamental de esta firma, icono del lujo, es la total atemporalidad de sus piezas más famosas. Los diseños de sus bolsos no han variado ni un ápice desde su nacimiento hasta la actualidad. Parece que esta es la clave del éxito para Hermès, porque las listas de espera existentes para conseguir uno de estos artículos son interminables y los precios que pueden alcanzar algunos de sus bolsos sumarán cantidades importantes de dinero.