Los viajes en metro o cercanías suelen ser momentos poco felices. Es más, en las horas punta suele ser una auténtica pesadilla. El turista con su megamaleta ocupando medio vagón, el hombre sudoroso que atufa a medio tren, la vieja cascarrabias que entra en el vagón sin que los demás hayan salido o el desafinado músico ambulante son algunas de las cosas que pueden convertir un viaje en metro en un auténtico suplicio.

Sin embargo, en medio de toda pesadilla se puede encontrar una salida: El asiento. Lucha de miradas y auténticas carreras por el sitio que ha quedado libre es una ardua tarea en todo viaje en metro. Cuando la tarea se consigue - y no entra en la siguiente parada un anciano al que cederle el asiento- un viaje en metro puede llegar a ser un privilegio.

Ese justo momento del viaje en metro ha sido el instante en que nació la creatividad en la artista Rachel Feinberg para el diseño de sus "Pussy Pouch" o traducido al castellano bolsos vagina.

El lujo de este bolso no se encuentra en el precio -aunque pueden alcanzar los 900 euros- sino que se encuentra en la posibilidad femenina de poder llevar la vagina al aire.

Volviendo al odiado viaje en metro y al momento de la inspiración, la diseñadora se percató que los hombres al sentarse en el preciado oasis del asiento de vagón de metro se repantigaban a sus anchas, con las piernas abiertas y el relieve de su falo sin ocultar.

Por su parte, las mujeres, cuando consiguen el oasis del asiento, caían en restricciones educacionales que el hombre no tiene, según cree la artista, y en vez de repantigarse se sentaban cerrando las piernas, cruzándolas o poniendo el bolso sobre sus piernas para tapar su vagina.

Con estos bolsos vagina, los Pussy Pouch, Rachel Feinberg busca reclamar el espacio que le corresponde a las mujeres, tanto en el metro o en la sociedad. La diseñadora declaró a la revista Refinery29 "Nosotras [las mujeres] hemos sido instruidas para no ser tan despreocupadas como los hombres" y además añadió que las mujeres "No tenemos ese lujo, y no entiendo por qué. ¿Son más ofensivas las partes del cuerpo de las mujeres? ¿Incluso más que un pene? No tiene sentido".

Desde que fueran lanzadas al mercado, los bolsos vagina han tenido muy buena acogida e incluso mujeres como Beyonce o la modelo Andreja Pejic han comprado estos bolsos y han llevado con orgullo y estilo su vagina al aire.