El liderazgo inspirador es una clave emergente en el ejercicio de la función directiva. Ayuda a que los profesionales se sientan autorrealizados, proporciona elevados índices de bienestar y aumenta la productividad. Y, más allá de eso, dota a las organizaciones de claves diferenciales que hacen que los grupos de interés los perciban como propuestas de valor únicas. Si asumimos que el ejercicio del liderazgo es una capacidad que se puede aprender, la gran pregunta es cuáles son los elementos que conducen al desarrollo de esa habilidad. Estas son algunas pistas:
- Crear una visión cohesiva amplia que dote de sentido a la constelación de significados de las personas que trabajan en la organización. Un equipo no solo tiene un cómo, también tiene un por qué, un para qué y, sobre todo, un para quién. Una condición básica de la autorrealización es que la vida, y el trabajo, tengan un sentido y un propósito.
- Buscar los valores fundacionales, genuinos y originales que dan sentido a esa visión, fomentando así la gestación de una mirada única respecto al resto de propuestas de valor. Los líderes de organizaciones inspiradoras intentan que sean fieles a sí mismas, y por tanto diferentes al resto.
- Escuchar. Para que los profesionales que trabajan en una organización se sientan inspirados tienen que percibir que hay un espacio, o un momento, en el que pueden aportar sus ideas y desplegar su constelación de significados. Solo si se sabe escuchar las personas alumbrarán y revelarán sus inspiraciones.
- Dar valor a las ideas. Se habla mucho de innovación y comparativamente poco sobre creatividad. Mucho menos sobre inspiración. Sin embargo, es precisamente en ese fenómeno donde las ideas extraordinarias habitan. Promover la inspiración significa creer en las ideas en sí mismas, dar valor a la capacidad humana de trascender lo cotidiano para revelar itinerarios desconocidos y ángulos nuevos.
Hemos vivido fascinados durante siglos por este tipo de discursos que han tenido la capacidad de encender nuestro entusiasmo. Y se podría pensar que su mayor atractivo está en su texto, o en la manera en que han sido interpretados. Sin embargo, los grandes discursos inspiradores lo son, fundamentalmente, porque están creados e interpretados por líderes inspiradores. Personas que tienen un proyecto de sentido basado en una mirada única, personas que son capaces de escuchar y de dar valor a la creación más extraordinaria que es capaz de generar el ser humano, que es una idea nueva y original, fresca y diferente. Personas realmente inspiradoras.