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¿Conoces la dosis de radiación que todos recibimos cuando explotó Fukushima?

  • La central emitió radiación de varias formas que se propagó no sólo por Japón
  • La radiación llegó a terrenos circundantes a la Central Nuclear de Fukushima I
Imagen: iStock

EcoDiario.es

Fukushima tiene el 'honor' negativo de ser el último lugar de un importante y serio accidente relacionado con la energía nuclear. Pensilvania (Estados Unidos), Ottawa (Canadá), Liverpool (Reino Unido) o Mihama (Japón), son algunos de los accidentes nucleares más destacados de la historia, pero ninguno de ellos pueden ser comparados con el de Chernóbil (Ucrania, 1986) y el de Fukushima (Japón, 2011), de una escala masiva. De hecho, el problema de la Central Nuclear Fukushima I aun no está resuelto y, de forma periódica, se sigue vertiendo material radiactivo al mar. La zona cercana a la central sigue evacuada y las tareas de limpieza y desmantelamiento durarán décadas.

Durante el Gran terremoto de Japón Oriental sucedido el 11 de marzo de 2011, de 9.0 en la escala sismológica de magnitud de momento, se formó un tsunami con olas de hasta 40 metros de altura. Este tsunami barrió kilómetros de la costa de Sendai, incluyendo la zona de la Central Nuclear Fukushima I, cuyas barreras de contención no soportaron la altura de la ola. Un fallo en los sistemas de refrigeración de la central provocaron el estado de emergencia, hasta que finalmente se produjeron varias explosiones y la fusión del núcleo.

Sabemos que, obviamente, los más próximos a la zona y los operarios de la central están sometidos a radiación de forma constante. Sin embargo, en los momentos más críticos del incidente, la central emitió radiación de varias formas que se propagó no sólo por Japón, también por muchos otros países. Según un reciente estudio del Instituto Noruego para la Investigación del Aire, todos los habitantes del planeta hemos recibido una dosis de radiación procedente de Fukushima.

Se trata de la primera investigación de las consecuencias de este accidente nuclear que analiza el efecto de la radiación a nivel global, ya que hasta el momento los efectos estudiados sólo se centraban en Japón y, concretamente, en las zonas más cercanas a la central. Obviamente se trata de un cálculo general y aproximado para toda la población del mundo, ya que no es un valor exacto para todas las personas o todos los países.

Pese a que nos afectó a todos, el equipo de científicos liderados por el investigador Nikolaos Evangeliou aclara que nadie debe preocuparse demasiado. La exposición aproximada de la mayor parte de habitantes del planeta se condensa en 0,02 milisievert, es decir, el equivalente a hacernos una radiografía en el médico. La exposición pudo ser mayor, sin embargo, los investigadores descubrieron que la mayor parte de la radiación producida en este incidente, entorno al 80%, se dirigió al océano o a los polos, zonas prácticamente deshabitadas.

El estudio también encontró efectos evidentes de la radiación en los terrenos circundantes a la Central Nuclear Fukushima I. Hubo en la zona un descenso evidente de aves, insectos y algunas especies de mamíferos. Si bien es cierto que algunos, como los jabalíes, multiplicaron su población debido a la no existencia del hombre en dichas zonas… lo que podría hacernos pensar que las personas somos, aunque nos pese, más peligrosas que la contaminación nuclear para la fauna.

La central sigue emitiendo grandes dosis de radiación, de tal forma que permanecer cerca de uno de sus reactores malogrados podría matar a cualquier persona en cuestión de minutos. Por ello, los operarios de la central se están sirviendo de la última tecnología para realizar los trabajos de reparación y control. Esto incluye a varios robots que, por el momento, no están sabiendo soportar la radiación nuclear sin estropearse.