Vicente Lafuente: "Es irresponsable demonizar al sector privado; hay que ser menos dogmáticos"
Olivia Fontanillo
Vicente Lafuente es uno de los hombres fuertes de la industria valenciana, desde su cargo de presidente de la Federación Empresarial Metalúrgica Valenciana (Femeval) -organización que agrupa a 33 asociaciones y unas 3.500 empresas-, que lidera desde 2005. Es, además, vicepresidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), de la Cámara de Comercio de Valencia, de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal (Confemetal) y miembro de la junta directiva de la patronal nacional, la CEOE. Femeval es una de las fundadoras de la Confederación de Organizaciones Empresariales Industriales de la Comunidad Valenciana (Confeindustria CV), junto a las patronales de la cerámica (Ascer), calzado (Avecal), textil (Ateval) y madera (Fevama), que nace con el objetivo de "vertebrar e hilvanar el entramado industrial" de la región. (Puede leer la entrevista completa y otras noticias, reportajes y análisis en la revista digital gratuita elEconomista Comunitat Valenciana).
El sector del metal es uno de los de mayor peso en la región y un termómetro de la evolución de la economía. ¿Cuál es su evolución?
Es un sector muy heterogéneo, integrado por muchos subsectores, y la evolución no siempre es la misma. En general, después de años de caída libre, estamos empezando a retomar el pulso, con cifras de crecimiento sostenibles, que nos animan a pensar en el futuro. Las previsiones para este año son de crecimiento sostenido, aunque no tan alto como en 2016. Si el año pasado se situó en torno al 2,8 por ciento de media, podríamos rondar el 2 por ciento este ejercicio. Lo importante es aprovechar este ciclo de crecimiento sostenible para apuntalar a las empresas y reforzar su competitividad, adaptándonos a la digitalización. Es un momento clave para generar políticas y trabajar entre todos en aspectos como la formación, el desarrollo de currículos específicos, la creación de un mapa de actores de la industria 4.0 y en la interconexión de las empresas.
¿Son esos los pilares sobre los que debería asentarse la anunciada política de 'reindustrialización' que pretende la Generalitat Valenciana?
Toda la vida he oído la frase de que hay que apoyar a la industria y reindustrializar. Parece que partimos sin nada. La industria ya existe; lo que hay que saber es crear un marco de actuación consensuado con las empresas que ayude a dinamizar la economía, con políticas en materias como digitalización, formación, aprovechamiento de empresas tractoras, generación de tamaño, inversión en I+D y en bienes de equipo... Sabemos lo que se necesita desde hace años, pero no se ve en el Boletín Oficial. Al final, lo que falta es efectividad. Hemos hecho el trabajo, se lo hemos presentado a la Administración y pasan los días y no avanzamos. Nos preocupa. Hemos pasado de proyectos en los que no había control burocrático a un momento en el que este control anula todos los proyectos. Se tienen que dar cuenta de que o actuamos o la máquina no arranca. Hay muchas reuniones y buena predisposición, pero luego no se ve reflejado en la realidad. Espero que con Confeindustria consigamos avanzar.
Confeindustria nace en un momento de reorganización del sistema de organizaciones empresariales en la Comunitat, tras la desaparición de Cierval. ¿Actuará como contrafuerte o como contrapoder de la CEV?
La inquietud por agrupar toda la actividad industrial siempre la hemos tenido muchas asociaciones, pero el sistema de divisiones territoriales provinciales dificultaba hacerlo. Con el cambio de contexto, era el momento de poner en valor este modelo por actividad. La base es la puesta en común de todo el trabajo que realizamos los sectores industriales. En muchos casos, tratamos los mismos temas por separado y nos dirigimos a la Administración de forma independiente. Al final, no conseguimos los resultados que necesitamos. Con Confeindustria, podremos coordinarnos y tener una plataforma en común, con las salvedades específicas de cada sector, optimizando el trabajo y creando sinergias sin generar gastos añadidos, porque no va a haber una estructura nueva, sino que compartiremos lo que ya tenemos. Nuestra aspiración es ser la voz consensuada de la industria dentro del nuevo proyecto de patronal autonómica liderado por la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), a la que Confeindustria estará asociada. De hecho, en los estatutos se define que los socios de Confeindustria deben de serlo también de la CEV. Nuestra visión es de organización por actividades: industria, comercio, servicios, turismo, agricultura..., las básicas de la Comunitat. Esas patas son las que darán solidez al proyecto de patronal autonómica.
¿Es un proyecto cerrado o abierto a otras organizaciones?
Confeindustria nace agrupando a 12.700 firmas, el 56 por ciento de empresas industriales de la región; 119.000 trabajadores, el 51 por ciento del total, y 23.000 millones de negocio, el 40 por ciento del total industrial. Nuestro objetivo sería agrupar a la totalidad del PIB industrial de la región. Hemos presentado unos estatutos, en proceso de aprobación. Una vez lo estén, abriremos las puertas a otras organizaciones industriales. Muchas ya nos han comunicado que quieren entrar. Uno de los requisitos es que sean organizaciones que negocien convenios, lo que, aparte de las que estamos, deja unas 15 más, en sectores como agroalimentación, papel, plástico... Queremos estar a pleno rendimiento el 1 de enero de 2018.
¿Cree que es posible la integración de la patronal alicantina, Coepa, en el nuevo proyecto de patronal autonómica liderado por la CEV?
Nos gustaría que participase en el proyecto autonómico. Su enemigo no es Valencia, es la falta de cohesión del empresariado de Alicante.
Femeval ha puesto en marcha un proyecto de digitalización de empresas, ámbito en el que la Comunitat tiene mucho por recorrer.
La digitalización es presente, no futuro. La Unión Europea ya cuenta con estrategias y líneas de trabajo específicas, porque es consciente de su importancia. Pero el cambio está siendo lento para lo que las empresas necesitan. Nos gustaría más agilidad en la toma de decisiones y en el desarrollo de proyectos. En Femeval, hemos lanzado el proyecto Industria 4.0 y hemos registrado la marca Valencia 4.0. Lo primero, será evaluar el grado de digitalización de las empresas en este momento. No hay un censo de las que ya están digitalizadas y hay muchas que tienen opciones de poder hacerlo y el objetivo es poner todos los medios para ayudarlas. En ámbitos como la logística, la digitalización está muy avanzada, pero en otros, como procesos e interconexión entre empresas, aún queda mucho por recorrer. Y hay que formar a los profesionales para que aprovechen los recursos. Esperamos contar con esa evaluación a final de este año. Paralelamente, trabajaremos con las dos Consellerias con competencias en esta materia, la de Economía -para impulsar las líneas prometidas desde hace tiempo- y la de Educación -en los temas de formación y curriculares-. Esperamos también colaborar con la futura Agencia Valenciana de Innovación (AVI).
Otro tema prioritario es el de la seguridad industrial. La normativa existe y es clara, pero no se está desarrollando ni controlando. Afortunadamente, no se están produciendo muchos sucesos, pero, cuando ocurran, lamentaremos no haber hecho las cosas como deberíamos. Se requiere un trabajo importante, tanto por parte de la Administración como de las empresas, para hacer una política de seguridad industrial efectiva -Femeval cuenta con una comisión interna de seguridad industrial-. El 2 de mayo se dará un paso importante, con la constitución de una Mesa de Seguridad Industrial por parte de la Conselleria de Economía. Pondremos todo de nuestra parte, pero la pelota está ahora en el tejado de la Administración.
¿Es suficiente el esfuerzo actual en formación?
El sector metalúrgico es tecnológicamente avanzado, con mano de obra cualificada que necesita estar constantemente reciclando conocimientos. Necesitamos programas de formación para trabajadores ocupados que, lamentablemente, en estos momentos no existe. Empresas y trabajadores realizamos unas aportaciones importantes para este fin al Estado -de unos 1.800 millones anuales en el conjunto de España-, pero esos fondos no se están destinando a formación. Es una situación inconstitucional, y hay muchas sentencias al respecto que lo confirman. Nos estamos cargando la competitividad en formación de los trabajadores y es un riesgo que no nos podemos permitir. Tanto desde Femeval como desde CEOE y Confemetal, seguiremos pidiendo al Gobierno que restituya el sistema de formación o, en caso contrario, que no nos cobre y que las empresas puedan gestionar el sistema con los fondos ahora entregados. Es cierto que ha habido muchas irregularidades, pero no se puede penalizar a los que lo están haciendo bien.
A pesar de esas carencias, la Conselleria de Economía dejó sin adjudicar en 2016 la mayor parte de las líneas de apoyo a empresas.
Muchas veces se sacan líneas que no se ajustan a lo que necesitan realmente las empresas y, en otros casos, no se adjudican por temas de burocracia o están adjudicadas, pero no se pueden pagar. Es importante que la Administración haga un ejercicio de análisis de lo que está haciendo bien y mal. Tiene de cara a las asociaciones, pero muchas veces lo pone difícil.
¿La dicotomía de la Generalitat en materia de cooperación público-privada está afectando a la hora de captar inversiones?
Somos firmes defensores de la cooperación público-privada, siempre con unas normas claras. Es una irresponsabilidad demonizar al sector privado. Nunca apoyaremos proyectos que se salten la ley, pero se tiene que tener amplitud de miras para ayudar a abrir empresas que generen empleo y riqueza. Deberíamos ser más pragmáticos y menos dogmáticos.
(Puede leer la entrevista completa y otras noticias, reportajes y análisis en la revista digital gratuita elEconomista Comunitat Valenciana).