Comunidad Valenciana

"La estrategia de la moda debe ir enfocada a generar sinergias internas y con otros sectores industriales"

    (Fotografía de Guillermo Lucas).

    Olivia Fontanillo

    Miquel Suay ha cumplido la mayoría de edad en el mundo de la moda, en el que irrumpió en 1999 con su propia marca, con multitud de reconocimientos a nivel nacional e internacional. Licenciado en Diseño de Moda y Derecho, el diseñador asumió, en mayo de 2016, las riendas de la Asociación de Diseñadores de Moda de la Comunidad Valenciana (Dimova), para devolver la voz y redefinir la estrategia de un sector muy golpeado por la crisis económica. Suay defiende el papel del diseño de moda en el proceso de reindustrialización de la región, como socio estratégico para otros sectores. (Puede leer esta entrevista completa, así como otros reportajes, análisis y noticias en la revista digital gratuita elEconomista Comunitat Valenciana).

    ¿Cuál es el enfoque de Dimova en esta nueva etapa?

    Queremos consolidar una asociación que recoja, reivindique y ayude a canalizar las necesidades del sector. Eso ha cambiado. Hay que tener un modelo sostenible, con cuotas asociativas y con eventos pequeños, pero en los que se generen oportunidades o impactos reales en términos de promoción, relaciones y negocio. Antes de la crisis, Dimova tenía muchos más integrantes, pero estaba muy sujeta a las subvenciones públicas. Al bloquearse éstas, desaparecieron aquellos que sólo estaban interesados en estar presentes cuando había fondos, para recoger dinero. Ahora exigimos un compromiso a los socios, tanto en el pago de cuotas como en participación activa en las acciones que se lleven a cabo. Somos 14 socios activos, con ganas de apoyar y participar. Si en algo no se puede estar, se justifica. Están presentes diferentes perfiles, desde las marcas consolidadas a los jóvenes creadores que están empezando o en proceso de crecimiento. Además, se están articulando fórmulas de colaboración con los profesionales de sectores vinculados, como, por ejemplo, la de amigos de la asociación.

    ¿Qué líneas estratégicas se ha marcado la asociación?

    Muchas de las marcas que había antes de la crisis o han desaparecido o están buscando sus modelos de negocio, reinventándose. Por ello, lo primero, es hacer un mapeo de todos los actores del sector textil-moda valenciano y, sobre esa base, plantear un plan estratégico, muy vinculado con el proceso de reindustrialización de la región. Nuestro sector está muy ligado a otros con peso en la Comunidad -como calzado, cosmética, muebles, complementos y otros bienes de consumo-. Los diseñadores de moda somos generadores de conceptos, de ideas estéticas, en base a una temática, a una inspiración, con una línea argumental. Por ejemplo, Miquel Suay acaba de firmar un acuerdo de licencia con un fabricante de sofás valenciano, para lanzar una colección creativa de sofás de autor y contract. Esto se puede extrapolar a cualquier tipo de producto. Tenemos que ver qué sectores industriales pueden ser más interesantes para colaborar de manera que se generen sinergias y beneficios para todas las partes, y formalizar alianzas para generar propuestas de valor. Cualquier producto es susceptible de ser vestido por un diseñador. La moda siempre va por delante del resto de sectores, generando conceptos y nuevas formas de presentar el producto, para conectar con el consumidor. En los últimos meses, hemos visto ejemplos de grandes compañías tecnológicas de vanguardia que han fichado a directivos de marketing de las grandes firmas del lujo -por ejemplo, Apple ha contratado al director de Marketing de Burberry-. En la Comunitat se sabe fabricar y se hace muy bien, pero mucho para marcas internacionales, en lugar de para marcas propias. Las industrias no han hecho una apuesta en este sentido. Es importante tener marcas propias, a través de alianzas estratégicas, y proyectos con proyección internacional. Esa diversificación es una de las maneras de hacer modelos de negocio sostenibles.

    La moda belga afrontó un proceso similar y ha tenido éxito.

    Para hacer las cosas bien, tiene que haber un camino; o te lo inventas o lo imitas. En este caso, la moda belga ya abordó un proceso similar al que planteamos. La industria de la moda en el país dejó de ser competitiva y apostó por la verticalización, vinculándose a otros sectores industriales. Uno de los factores clave es la implicación de las escuelas de diseño y moda; que incorporen un enfoque en esa línea, para que los estudiantes sepan a dónde van y tengan acceso a patrones de comportamiento. En Bélgica, los diseñadores con más experiencia se incorporaron al consejo de la escuela de moda, para transmitir sus conocimientos. La formación es esencial y se está avanzando en el enfoque, incorporando la parte económica, financiera e industrial. Tienes que diseñar un producto que entre en un canal concreto. Si no, por mucho arte que crees, tendrás que dejar de diseñar. En la Comunitat, tenemos la Escuela de Arte Superior y Diseño y varias escuelas buenas, pero ese enfoque industrial, empresarial y de distribución falla.

    ¿Se da por acabada la crisis en el mundo del diseño de moda?

    Considero la crisis en este sector acabada, pero con un cambio muy importante del patrón de consumo, que se ha polarizado: por un lado, hay un consumidor que busca una experiencia, una marca fetiche, y, por otro, un consumidor por conveniencia, que mira más el precio. Nosotros nos dirigimos al primer tipo, generando una emoción, una experiencia, que el cliente se sienta mejor con su forma de vestir y de vivir. En el caso de Miquel Suay, intentamos dar respuesta a esos cambios. Por un lado, con colecciones cada día más conceptuales, con más valor añadido, más literatura o inspiración, que tiene también su reflejo en las puestas en escena en los desfiles. Por otro, hemos lanzado una línea de producto más asequible, que no deja de tener esa parte de creatividad, concepto y valor añadido, pero que es más accesible -por ejemplo, camisetas y pequeños accesorios-, orientada a un público más joven, con menos recursos, la generación milenial.... Otra tendencia es que el hombre puede ser igual de consumidor que la mujer y es cada vez más exigente y quiere diferenciarse. Competimos con grandes grupos de fast-fashion, como Zara o Mango, que se han esforzado en hacer sostenible la moda. Pero no es lo mismo la calidad y la sensación de sus prendas que las de las que se hacen para que permanezcan. La gente no es tonta. No es lo mismo ni en calidad, ni en acabados, ni en confortabilidad. Al final, se tiende al mix, al eclecticismo, a la mezcla de las dos cosas. Combinar prendas más económicas con un fondo de armario de calidad, que te puede sacar de cualquier compromiso. Las nuevas generaciones tienen más criterio y una forma de vestir más atrevida. Una cosa es hacer ropa y otra es hacer moda. En este nuevo contexto, lo que va a haber son crisis permanentes: el que no esté constantemente reinventándose o generando nuevas experiencias para el cliente será difícil que compita y subsista.

    Esa apuesta por la sostenibilidad y los eventos más pequeños, ¿implica una renuncia definitiva a recuperar una pasarela de moda valenciana?

    ¿Quién no quiere que haya un evento de moda en Valencia? Todo el mundo lo quiere, y nosotros también, pero con rigor, criterio, eficiencia y sostenibilidad. Al desaparecer la Semana de la Moda o Valencia Fashion Week, no hay grandes espacios de concurrencia y generación de oportunidades de negocio entre todos los profesionales de la moda -no sólo diseñadores, sino estilistas, fotógrafos, peluqueros, bloggers...-. Tenemos que generar otros espacios de encuentro, dentro de la filosofía de sostenibilidad. Una de las fórmulas es el networking. En octubre celebramos la primera reunión, en Valencia, y en los próximos meses se harán en Alicante y Castellón, para ver cómo funcionan. Las pasarelas permiten presentaciones conjuntas en un marco concreto. Una vez realizado el mapeo y elaborado el plan estratégico, tendremos que plantearnos ese modelo de pasarela, show-room o presentación de todas las marcas propias. Para tener un escaparate de las propuestas de moda tienen que darse los elementos. Hasta el momento, se ha fallado en el enfoque de negocio, porque la gente que acudía no era realmente generadora de ventas o alianzas de negocio y las marcas participantes tampoco llevaban producto enfocado a la venta. Se generaba comunicación y cultura de moda, pero fallaba el enfoque de negocio. Es necesario un modelo sostenible, que combine ambos factores y tenga un impacto y retorno. No nos planteamos citas como las Madrid o Barcelona; debe de ser más sostenible.

    ¿Es la 'Marca Valencia' para moda un objetivo de la asociación?

    A mí si me gustaría que hubiese una moda valenciana, pero la prioridad es que en nuestro entorno haya actividad en el sector y se genere valor añadido y continuidad. Si hay unos rasgos y características propias -vinculados al mar, a lo mediterráneo, a la arquitectura y la artesanía propias- de manera natural se generará el concepto de marca. Al final es todo comunicación; sí a la moda valenciana, pero con una justificación o sustrato; que haya un conjunto de actores vinculados a un sistema propio. Las marcas no se construyen desde los despachos, sino a partir de la actividad.

    ¿Qué papel debe de jugar la Generalitat Valenciana en esta nueva estrategia del sector del diseño de moda?

    Para plantear y aplicar el plan estratégico, necesitamos el apoyo de la Generalitat, tanto de la Conselleria de Economía como de Turismo y de Cultura, poque la moda es cultura, comunicación, arte. ¿Qué sería de Francia o Italia sin sus grandes diseñadores o pasarelas? Forman parte de su marca país y atraen turismo. Pero en el Plan CulturArts, dotado con un presupuesto importante, no hay ni una sola coma vinculada a la moda. Ya se lo he comunicado al conseller, Vicent Marzà, y a la directora general, Carmen Amoraga. Me han afirmado que están dispuestos a que lo podamos hablar, pero, a fecha de hoy, no nos han recibido, y de esto hace ya más de un año. Hemos encontrado una buena sintonía, pero no ha habido la posibilidad de que escuchen al sector y la propuesta que tenemos, como generadores de cultura. Hay mucho por hacer, en muchos ámbitos, y espero que en próximas fechas nos puedan escuchar. Un ámbito fundamental donde es necesaria la ayuda pública es el de la promoción, dar visibilidad.

    (Puede leer esta entrevista completa, así como otros reportajes, análisis y noticias en la revista digital gratuita elEconomista Comunitat Valenciana).