Irlanda con sabor gaélico
Pedro Grifol
La península de Inishowen está en el condado de Donegal, el más septentrional de la llamada Isla Esmeralda, donde también otros muchos tonos de verde tapizan su ondulada campiña. Allí se encuentra Malin Head, el punto más al norte y más al oeste de Irlanda.
Para situarnos: el cabo Malin es donde comienza (o acaba) la Wild Atlantic Way (La Ruta Costera del Atlántico), un quebrado itinerario que recorre 2.500 km, lleno de atractivos lugares para descubrir. Aseguran los aficionados a profundas inmersiones que bajo las aguas de las picudas rocas de Malin Head descansan más barcos hundidos que en ningún otro lugar... pero la aventura subacuática suponemos -quizá- es para avezados hombres rana; de momento el viaje que nosotros proponemos es en coche, porque la mejor forma de conocer Irlanda es conduciendo por sus carreteras comarcales... a la vista de los rebaños de ovejas, contemplado cómo la lluvia y el sol se disputan el horizonte y el gris de las nubes se alterna con claros de azul (que es lo más probable que ocurra en los próximos meses de septiembre y octubre). Es un viaje desde el confín norte de la isla hasta donde nuestro tiempo nos marque el final del itinerario. Se pasa por lugares remotos, salvajes y apacibles, donde se esconden playas de arena pulverizada, restos de antiguas fortalezas construidas en las aristas de los acantilados; que cuenta con encantadores pubs donde nos sorprenderá su gastronomía, y también diversidad de alojamientos... tan rústicos o tan lujosos como nosotros queramos.
Imprescindible tener presente que se conduce por el lado izquierdo y que los límites de velocidad están señalizados en millas. Baste con obedecer al GPS y no tener prisa. No es del todo fácil conducir por estos parajes, pero al final de cada jornada, cuando la oscuridad se torna realmente opaca, la recompensa es grande.
Desde la playa hay un sendero -también podemos ir en coche- hacia las cataratas Glenevin. Un camino relajante serpenteando un riachuelo. A la caída del día, alojarse en Ballyliffin Lodge (ballyliffinlodge.com) es una buena opción, sobre todo si tiene una habitación con vistas al mar.
Otro día podemos dedicarlo a visitar el peculiar parque temático dedicado a la época de la gran hambruna (doaghfaminevillage.com). No es muy divertido, pero sí muy instructivo. El centro didáctico tiene algunas escenografías realmente impactantes... que narran historias terroríficas sobre brujas, banshees, feyris... No hay que olvidar que estamos en tierra de duendes; ocio, cultura y toques de misterio.
Volvemos a la carretera. Aunque no llueva, huele a mojado, y también a ganado... ovejas, vacas, y caballos... ¡y a verde! La ruta está sembrada de desgastadas piedras prehistóricas como el círculo de piedras de Bocan, cruces celtas y de restos de iglesias rodeadas por tumbas con inscripciones en gaélico, como las que rodean a la iglesia de Clonca.
Cuando lleguemos a Malin Head, por muchos 'finisterres' que hayamos visto, nos volverá a impresionar la voluntad del mar azotando las desafiantes rocas mientras el viento acuchilla nuestro rostro. Después no nos queda más remedio que reflexionar ante una pinta de cerveza en el Farrens's Bar, el bar más al norte de Irlanda. Slainte, es decir: ¡Salud! en gaélico.
Cómo ir:
Irlanda está comunicada con España desde muchas capitales de provincia, pero dependiendo de la fecha que elijamos, las compañías aéreas Ryanair (ryanair.com) y Aer Lingus (aerlingus.com) tienen vuelos con menor frecuencia. Donegal y City of Derry son los aeropuertos más cercanos al confín norte de la isla. En cualquiera de estas dos ciudades podemos alquilar un coche.
Más información en: turismodeirlanda.com; wildatlanticway.com; visitinishowen.com