Turismo y Viajes

El Tren a las Nubes de Argentina retoma su actividad el 9 de julio


    Turismo y Viajes

    En la provincia norteña de Salta, el Tren a las Nubes vuelve a circular en unos días. A partir del 9 de julio, y con tres frecuencias por semana, turistas podrán realizar uno de los itinerarios ferroviarios más espectaculares del mundo. Las autoridades estiman que alrededor de 19.000 viajeros se subirán al Tren a las Nubes en 2016, un 20% de ellos viajeros internacionales.

    La cultura andina, heredera de la antigua nación diaguita-calchaquí del Imperio Inca, del pasado colonial hispánico y del espíritu criollo que luchó por la independencia argentina, vuelven a estar al alcance de los viajeros que llegan de todas partes del mundo para hacer este recorrido en tren.

    Desde la capital provincial hasta La Polvorilla, en San Antonio de los Cobres, el viajero vivirá una fascinante experiencia, cruzará por un sinfín de paisajes y bellas poblaciones, y podrá conocer lugares como la Quebrada del Toro y Santa Rosa de Tastil, sitio incluido en el Qhapaq Ñan, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

    En esta ocasión el tren combinará trayectos terrestres y ferroviarios y contará con un cupo de 300 pasajeros por recorrido. Las salidas programadas para este año son los martes, jueves y sábados a partir del 9 de julio.

    A bordo de una máquina que cuenta con todos los servicios necesarios para que la aventura sea realmente placentera -como guías bilingües especializados, desayuno, merienda y acompañamiento médico durante todo el recorrido-, el viajero parte a primera hora de la mañana de la ciudad de Salta, atraviesa el Valle de Lerma, se interna en la Quebrada del Toro y llega al territorio inmenso de Puna.

    El trayecto

    El tren tiene dos paradas, ambas casi al final del trayecto. La primera es sin duda la más impresionante, ya que tras la ascensión hasta los 4.200 metros sobre el nivel del mar, se atraviesa el Viaducto La Polvorilla, es aquí donde la inmensidad de la Puna se despliega en toda su magnitud. Este viaducto se levanta a 63 metros de la tierra y traza una curva de 224 metros de longitud. Al finalizar el trayecto, los pasajeros pueden bajar, sentir el aire limpio sobre la cara, caminar despacio, acostumbrando el cuerpo a la altura, y tomar fotografías que atestiguan que uno toca, literalmente, las nubes.

    La segunda parada es en San Antonio de los Cobres, un antiguo pueblo donde se puede conocer el estilo de vida y algunas de las expresiones culturales de la región: bailes y músicas tradicionales, artesanías y tejidos de lana de llama, vicuña y alpaca. Desde aquí, el viaje continúa en bus de regreso a la ciudad de Salta.