Transportes

Siemens lanza el primer tranvía que no necesita conductor

  • La compañía espera que este proyecto sea comercialmente viable pronto
Foto: eE

Tomás Díaz
Potsdam,

Siemens ha conseguido por primera vez en el mundo que un tranvía recorra 13 kilómetros de un modo autónomo, sin conductor. El hito se ha alcanzado en un recorrido controlado en la ciudad de Potsdam, pero la empresa espera que su sistema sea comercialmente viable en un plazo de cinco años.

La circulación autónoma de un vehículo es relativamente sencilla en circuitos cerrados, como sucede en un metro o en los ferrocarriles que recorren líneas aisladas, donde el riesgo de colisión es muy bajo. La cosa se complica cuando con ese vehículo debe interactuar otros elementos durante el recorrido, como otros vehículos, peatones, semáforos y señales viarias, etc.

En un futuro no demasiado lejano, gracias a la tecnología de comunicación denominada 5G, se espera que los propios automóviles consigan circular sin conductor gracias a una potente red de sensores ubicada por doquier, que permitirá a los conductores leer el periódico mientras sus coches les trasladan de un punto a otro con total seguridad. Pero, de momento, a la espera de que ese futuro se materialice, Siemens Mobility -filial del Grupo especializada en movilidad- se ha adentrado con éxito en el campo de los tranvías, a medio camino entre la rigidez de un metro y la libertad de las motocicletas.

Las multinacional alemana ha conseguido que un tranvía recorra sin conductor un trazado urbano de 13 kilómetros en la ciudad de Potsdam, si bien en condiciones controladas y con un operario en la cabina por si algún imprevisto le obligaba a tomar los mandos. Su funcionamiento fue imposible de diferenciar del que hubiera tenido con un conductor humano, según comenta a elEconomista Walter Struckl, director estratégico de Digitalización e Innovación de Siemens Mobility, durante la presentación de sus progresos ante la prensa europea en Viena.

Desarrollo tecnológico

Para conseguir que el tranvía circule solo, ante la imposibilidad de desplegar aún el referido 5G, la empresa se ha concentrado en incorporar sensores y cámaras en el tranvía, de modo que pueda detectar los elementos de su entorno, desde otros vehículos hasta un semáforo. Una unidad de inteligencia artificial analiza todos los datos y decide qué debe hacer el vehículo sobre raíles: detenerse, acelerar suavemente, frenar para aproximarse a una parada, etcétera.

A priori, las ventajas de la autonomía son grandes, puesto que una máquina, a diferencia de un conductor de carne y hueso no se cansa, minimiza los errores, puede reaccionar más rápido ante un imprevisto y tiene un campo de percepción mucho más amplio, con independencia del ahorro de costes y del aumento de la disponibilidad.

Sin embargo, la máquina carece de la intuición de un ser humano y los algoritmos de la inteligencia artificial tienen problemas para distinguir cuándo la presencia de un peatón puede representar un peligro de cuándo no hay riesgo en absoluto. Por eso Siemens está haciendo una aproximación "peldaño a peldaño" al tranvía autónomo.

El primero de esos pasos consiste en un sistema anticolisión, que ya está desarrollado e implantado en varios de los vehículos sobre raíles que fabrica la compañía, como el nuevo Avenio; tiene tres niveles de seguridad, desde una simple alarma sonora hasta un freno automático que se activa si el conductor no actúa ante la situación de peligro. Según los cálculos de la empresa, los operadores que decidan implantarlo podrán amortizarlo en un plazo de cinco años.

El segundo nivel ha sido la prueba autónoma de Potsdam. Celebrada el año pasado en un tranvía modelo Combino, Siemens ha dotado el tranvía de un sistema de conducción autónomo con GPS, ordenadores y varios tipos de escáneres, cámaras, radares y sensores. Con un trazado original de seis kilómetros, en la actualidad se ha ampliado a 13 kilómetros y ha aumentado la complejidad del recorrido; ahora, por ejemplo, el tranvía interactúa con autobuses durante un tramo de 800 metros. La velocidad máxima que desarrolla sin conductor es de 40 kilómetros por hora.

Procesar datos

El tercero de los hitos consiste en el procesamiento de los datos, de modo que los algoritmos de la inteligencia artificial puedan diferenciar rápidamente el grado de riesgo de una situación, como el citado peligro que puede representar un peatón que se mueva muy cerca del tranvía en una estación, u otra situación compleja, como la aparición de un obstáculo imprevisto o el tráfico del centro de una gran urbe.

El cuarto de los hitos sería, simplemente, su operación en forma segura en cualquier condición en cualquier tipo de trazado, algo que la empresa espera conseguir en un plazo de cinco años -siempre que las regulaciones lo permitan-, a la vista de los resultados de las pruebas, según comenta Struck, quien evita pronunciarse sobre los costes de implantación del sistema, atendiendo a las numerosas variables que pueden condicionar cada caso.

En la actualidad, Siemens encara que el tranvía de Potsdam se traslade solo hasta y desde las cocheras -espera conseguirlo el año que viene-, lo que permitirá reducir tiempos de espera y agilizará las revisiones y reparaciones; el siguiente paso es la conducción autónoma durante determinadas secciones del recorrido, evitando las áreas más difíciles, y el hito final será el recorrido autónomo total.