Transportes y Turismo
Airbnb señala a los hoteles, cruceros y aerolíneas como responsables de la presión turística
- Defiende su modelo de negocio frente a las restricciones en ciudades y acusa incoherencia en la política turística
- Consumo impone a Airbnb el bloqueo inmediato de casi 66.000 anuncios ilegales de pisos turísticos
- Airbnb acepta restricciones a los pisos turísticos aunque solo en zonas "masificadas"
Víctor de Elena
Airbnb ha salido al paso del debate sobre el turismo de masas y ha defendido su modelo de negocio frente a las críticas que lo señalan como uno de los causantes de la saturación turística. La compañía, a través de la publicación de un informe presentado por su director general para España y Portugal, Jaime Rodríguez de Santiago, ha rechazado que el alquiler de corta duración sea el principal responsable de la presión sobre las ciudades y ha apuntado a otros factores que, a su juicio, tienen un impacto mucho mayor: el auge de las aerolíneas y el crecimiento del tráfico de cruceros.
"¿Por qué se aborda el debate turístico de esta forma y qué se pretende ocultar?", se preguntó Rodríguez de Santiago durante la presentación del informe. En su intervención, el directivo cuestionó los estudios que acusan al alquiler vacacional de ser el origen del turismo masivo y puso en duda sus fuentes, con metodologías que calificó de "confusas o engañosas". Como ejemplo, citó a plataformas como InsideAirbnb, que obtienen datos por webscraping sin discriminar anuncios duplicados o sin actividad y equiparan el número de camas ofertadas con pernoctaciones reales.
Airbnb sostiene que los hoteles concentran la mayor parte del turismo urbano y generan una presión más elevada sobre las ciudades. Según datos de Eurostat, el 78% de las pernoctaciones en Europa suceden en hoteles, frente al 22% restante que se reparte entre todas las plataformas de alquiler de corta duración. En las diez ciudades más turísticas del continente, las pernoctaciones hoteleras quintuplican a las de Airbnb. En el caso de Madrid o Barcelona, la proporción es de cuatro a uno. En Ciutat Vella (Barcelona), según la compañía, hay seis veces más camas de hotel que de Airbnb.
La compañía argumenta que la intensidad del uso es muy diferente: los hoteles registran una ocupación media de 222 noches al año, frente a las 34 de los alojamientos anunciados en la plataforma. "La presión turística que supone un hotel es siete veces superior a la de una vivienda compartida o alquilada ocasionalmente", defiende la plataforma.
Más allá de la hotelería, Airbnb pone el foco en otros elementos que, asegura, apenas se mencionan en los debates institucionales. El crecimiento del tráfico aéreo y marítimo ha añadido presión sobre las ciudades turísticas. "La llegada de cruceros incrementa visiblemente la presión turística en las zonas costeras", advirtió Rodríguez de Santiago. En 2023, llegaron 3,6 millones de turistas a Barcelona por vía marítima, según sus datos. En Lisboa fueron 758.000 y en Ámsterdam, 320.000, cifras que han aumentado de forma significativa tras la pandemia.
Algo similar sucede con el transporte aéreo. Las aerolíneas han incrementado frecuencias y rutas, incluyendo aerolíneas de largo radio como las estadounidenses. En este contexto, Airbnb considera paradójico que Barcelona impulse una ampliación sustancial de su aeropuerto mientras se restringe la actividad del alquiler vacacional. "El alcalde, que ha sido especialmente crítico con nosotros, se ha felicitado por esta ampliación", señaló Rodríguez de Santiago.
La compañía considera que se están adoptando medidas poco eficaces para abordar el crecimiento del turismo. En Barcelona, por ejemplo, desde 2014 existe una moratoria que impide nuevas licencias de alquiler vacacional. En este periodo, el número de licencias ha caído un 46%, pero las imágenes de saturación turística persisten. Los datos de Eurostat revelan que el 71% de las pernoctaciones en la ciudad se siguen realizando en hoteles, frente al 17% que se producen en Airbnb. A pesar de estas restricciones, se están construyendo nuevos hoteles que sumarán unas 5.000 camas en Barcelona y hasta 15.000 en su área metropolitana.
En Madrid la tendencia es similar. Aunque existen restricciones al alquiler turístico, el crecimiento pospandémico ha beneficiado sobre todo a la hotelería, que concentra el 68% del repunte de la demanda. La ciudad prevé incorporar 2.300 nuevas habitaciones de hotel en los próximos años. "Esta dinámica está elevando los precios hoteleros y dificultando el acceso a un alojamiento asequible para las familias", subrayó Rodríguez de Santiago.
Airbnb sostiene que su modelo permite aliviar la presión turística en las ciudades y repartir los beneficios del turismo. Según la compañía, el 59% de las pernoctaciones y el 55% de los anuncios están fuera de las grandes urbes. En 2023, más de 5.300 municipios españoles recibieron al menos una visita mediante Airbnb. "En la España vaciada, donde no se puede construir un hotel que estará vacío la mayor parte del año, el alquiler vacacional está siendo clave para revitalizar economías locales", ha defendido.
Dentro de las ciudades, la plataforma también argumenta que contribuye a sostener economías familiares: según sus propias encuestas, el 50% de los anfitriones afirman que los ingresos adicionales les ayudan a pagar su vivienda, y el 46% de los huéspedes declaran que no habrían visitado esa ciudad de no haber encontrado un alojamiento en Airbnb.
Rodríguez de Santiago ha reclamado una regulación más coherente y adaptada al uso real de las viviendas. Actualmente, ha dicho, no existe una distinción normativa entre quien alquila su casa dos días al año y quien gestiona varias propiedades de forma intensiva. En países como Francia ya se regula por número de pernoctaciones, algo que el PSOE ha apoyado en el Parlamento Europeo, pero que a nivel nacional aún no se ha desarrollado.
La empresa también ha expresado su preocupación por la fragmentación normativa en España. Aunque apoya el nuevo registro europeo de viviendas turísticas, que será obligatorio a partir de mayo de 2026, señala que el intento del Gobierno de anticiparse ha generado "complejidades adicionales" para los anfitriones, especialmente para propietarios extranjeros.
Respecto a la propuesta del Ministerio de Hacienda para aplicar un IVA del 21% al alquiler turístico, Airbnb considera que supone una "distorsión competitiva" frente a otros tipos de alojamiento. También recuerda que asociaciones de consumidores han expresado su desacuerdo con esta medida. "No se trata solo de una oportunidad de negocio. Es una cuestión de qué tipo de ciudades queremos tener", afirmó el responsable local de la compañía, quien cerró su intervención con un mensaje crítico hacia la política turística local: "Estamos convirtiendo las ciudades en lugares más difíciles de visitar".