Transportes y Turismo

Cabify pondrá en circulación 160 vehículos adaptados en Madrid a lo largo de 2025

  • La compañía pondrá próximamente en marcha una opción exclusiva en su 'app' para pedir vehículos adaptados.
  • En paralelo, reclama a las administraciones ayudas para acometer la transformación de los vehículos y garantizar su accesibilidad universal
Coche adaptado Cabify

Juan Díaz Riquelme
Madrid,

La plataforma de movilidad Cabify ha decidido dar un paso firme en el terreno de la movilidad inclusiva. A lo largo de 2025, y a través de su filial Vecttor, encargada de la gestión de su flota, incorporará 160 vehículos eléctricos adaptados para personas usuarias de silla de ruedas y lanzará una nueva categoría dentro de su aplicación, diseñada específicamente para este colectivo

"Esto no es una campaña puntual ni un cumplimiento obligado por ley. Es una apuesta estratégica alineada con nuestro propósito como empresa", asegura Alberto González, director general de Cabify en España. En conversación con elEconomista.es, González repasa la complejidad del proyecto, los desafíos operativos y la intención de Cabify de convertirse en una referencia en movilidad para personas con discapacidad.

La columna vertebral de esta nueva estrategia es doble: por un lado, la compra de vehículos adaptados -furgonetas eléctricas Mercedes EQV y Ford Transit-, y por otro, la activación de una categoría específica que integrará protocolos de atención, formación para conductores y procesos de garantía del servicio. "No basta con tener vehículos adaptados. Lo importante es garantizar que estén disponibles cuando alguien los necesita. Y eso es lo que estamos construyendo", resume el directivo.

Una inversión sin ayudas

La inversión detrás del despliegue es notable. Cada vehículo adaptado requiere una adaptación profunda, además del sobrecoste asociado a los modelos eléctricos de gran capacidad. Cabify, sin embargo, ha financiado todo el proceso sin contar con ayudas.

"Hoy por hoy no hay un solo incentivo en España que ayude a adaptar vehículos en el sector VTC. Ni desde movilidad ni desde asuntos sociales. Es una realidad sorprendente", señala González. De hecho, la compañía ha mantenido reuniones con distintas administraciones -como la Consejería de Familia de la Comunidad de Madrid- sin que hasta ahora se hayan concretado subvenciones directas.

A falta de incentivos externos, Cabify canaliza esta apuesta a través de Vecttor, su filial de flota propia. "Vecttor es la herramienta con la que podemos poner en marcha soluciones reales. No es suficiente con integrar la categoría en la app si luego no hay vehículos disponibles. Por eso estamos invirtiendo directamente desde nuestra flota", explica.

El plan pasa por cerrar el año con 160 vehículos nuevos, lo que permitirá acercarse al 10% de flota adaptada en ciudades como Madrid. Aunque la empresa evita prometer un porcentaje exacto, reconoce que esa cifra es un objetivo de referencia. "Más que una meta legal, lo vemos como un estándar mínimo. Queremos llegar y superar ese nivel", apunta.

La gran novedad será la nueva categoría que se activará en la aplicación en las próximas semanas, y que nace con un propósito muy definido: garantizar el servicio a personas con movilidad reducida. "El gran problema hoy es que cuando una persona necesita un vehículo adaptado, no hay garantías de que lo encuentre disponible. Nuestra categoría va a asegurar justo eso", insiste González.

El sistema no solo se basa en tecnología. Detrás del botón habrá personas y procesos activos, un protocolo de recuperación de viajes no aceptados y una monitorización en tiempo real. "Queremos que la gente tenga seguridad. No confianza, seguridad. Que cuando necesiten el vehículo, esté", recalca.

Para lograrlo, Cabify priorizará el uso de flota propia, donde puede exigir niveles de cumplimiento más estrictos. "Si el vehículo es nuestro, el conductor no puede rechazar viajes. Eso cambia las reglas del juego", añade.

Además, para evitar desajustes entre la oferta y la demanda, la compañía ha comenzado a trabajar en alianzas con asociaciones como Impulsa Igualdad o Fundación ONCE. La idea es conectar directamente con los colectivos que requieren este servicio y canalizar la demanda hacia la nueva categoría. "Tenemos claro que hay una demanda insatisfecha. El reto es organizarla y responder bien", reconoce González.

La formación, clave para la calidad del servicio

Uno de los pilares menos visibles del proyecto es la formación. Solo los conductores que hayan superado los módulos específicos podrán operar en la nueva categoría. En una primera fase, 200 profesionales recibirán formación presencial sobre atención a personas con movilidad reducida.

Las sesiones, organizadas por Impulsa Igualdad a través de Vector, cubren desde aspectos técnicos (anclaje de sillas, seguridad) hasta cuestiones relacionales. "No se trata solo de ayudar a subir una silla. Es saber cómo tratar a la persona, respetar sus tiempos, entender sus necesidades", explica.

Además, todos los conductores que se incorporan a Cabify reciben una formación básica sobre diversidad y atención a usuarios con discapacidad. "Hay vídeos, guías, recursos internos… Queremos que cualquier conductor sepa cómo comportarse si recoge a una persona invidente, sorda o mayor", detalla Jonathan Chacón, responsable de accesibilidad de Cabify.

Chacón, que es una persona invidente, lidera desde 2019 el desarrollo de herramientas de accesibilidad dentro de la aplicación. "La app de Cabify es totalmente accesible para personas con discapacidad visual. Pero no nos quedamos ahí. Creamos un menú de accesibilidad en el viaje para implicar también al conductor", explica. Entre las opciones del menú se encuentran la posibilidad de pedir ayuda para llegar al vehículo, sustituir llamadas por chat para personas sordas, o recibir notificaciones por voz para personas mayores o con discapacidad cognitiva. Actualmente, más de 670.000 personas utilizan estas funciones.

"En 2022 eran unas 120.000. El crecimiento ha sido muy significativo. Y eso nos dice que vamos por el buen camino", asegura. El desarrollo se ha hecho bajo una filosofía de diseño inclusivo, incorporando perfiles de usuarios diversos desde el principio del proceso. "Diseñamos con nombres: Manolo, Antonia, Rufino… Algunos no oyen, otros no ven, otros se pierden con la interfaz. Eso nos obliga a pensar de forma real", añade Chacón.

Una estrategia que va más allá de Madrid

Aunque Madrid y Andalucía concentran el grueso del despliegue inicial -en Andalucía ya se ha alcanzado el 5% de flota adaptada-, Cabify prevé extender la estrategia a otras ciudades españolas a medio plazo. La tecnología ya está preparada, y la infraestructura se ampliará progresivamente conforme se incorporen nuevos vehículos.

Además, el compromiso no se limita al ámbito del pasajero. En Latinoamérica, Cabify ha trabajado también en adaptar su app para conductores con discapacidad. "Tenemos casos de conductores con sordera o problemas motrices. Adaptamos la interfaz para ellos también", cuenta Chacón.

El seguimiento de todo el ecosistema accesible es constante. Cada dos semanas, el equipo de ingeniería revisa las nuevas versiones de la app para asegurar que se mantienen los estándares de accesibilidad. También se recogen sugerencias de usuarios a través del correo accesibilidad@cabify.com y el menú de ayuda.

Más allá del esfuerzo técnico y operativo, el proyecto tiene una dimensión más amplia. Cabify no lo plantea como una operación rentable a corto plazo, sino como una apuesta de fondo. "Nuestra salud financiera en España es sólida, y eso nos permite hacer cosas como esta. Pero no lo hacemos por negocio, lo hacemos porque es necesario", subraya González.

La compañía insiste en que no pretende capitalizar económicamente esta categoría, ni establecer precios distintos. "No vamos a cobrar más por estos viajes. No tendría sentido. Queremos que sea un servicio normalizado, integrado y con los mismos estándares que cualquier otro", insiste.

El objetivo final es claro: que una persona en silla de ruedas pueda moverse por la ciudad con la misma facilidad que cualquier otra. "Y si eso pasa por poner recursos, formar a la gente y crear una categoría nueva, lo haremos", concluye.