El vehículo eléctrico y ligero necesita regulación para fomentar su presencia
- Se trata de una solución que contribuye a una movilidad más sana y fluida dentro de las ciudades
Pilar Ceballos
El vehículo eléctrico ligero representa un segmento de coches cuya implantación, hasta el momento, era muy reducida. Sin embargo, supone una alternativa idónea para el transporte urbano por su bajo impacto ambiental, tamaño reducido y coste asequible. No obstante, requiere divulgación, apoyo a nivel fiscal y adaptación normativa. Estos fueron algunos temas de los que se hablaron en el observatorio Vehículo ligero: La revolución de la movilidad urbana, organizado por elEconomista.es, en colaboración con Acciona.
En el evento participaron Luis Martí, director de regulación de Acciona; Joaquín Catalá, subdirector general de Gestión y Ejecución de Programas Industriales del Ministerio de Industria y Turismo; Susana Gómez, subdirectora general de Transportes y Movilidad de la Comunidad de Madrid; Josep Mariné, director de Operaciones de Silence y Víctor de Elena, redactor de elEconomista.es.
Utilizar vehículos eléctricos y ligeros es una solución que "contribuye de manera sustancial a que la movilidad dentro de las ciudades sea más fluida, más sana y, en general, mejor para los habitantes", dijo Martí, poniendo en valor estos vehículos en el área urbana.
Por su parte, Gómez reforzó este argumento y destacó que en ciudades como Madrid, donde "hay 16 millones de desplazamientos diarios, cuatro de ellos de movilidad forzosa, y el 40% son de vehículo privado", hay que potenciar la micromovilidad. Para Catalá, los problemas de congestión de las ciudades "son una realidad". Por esta razón, ve que "realmente cada vehículo eléctrico es una oportunidad". Además de mejorar la movilidad, este tipo de transporte goza de sostenibilidad "a nivel energético y medioambiental", resaltó Mariné. Y agregó que una de las ventajas de los modelos de Silence es que "no necesitan de infraestructuras de recarga".
Para que la innovación se implante y las soluciones sean tangibles, Martí expresó que "el apoyo de la administración es fundamental". El directivo de Acciona lamentó la falta de regulación ágil y homogénea en lo que respecta a la infraestructura necesaria para el despliegue de estos vehículos. Una de las acciones que podrían llevarse a cabo es "dar facilidades para el despliegue de estaciones de intercambio de baterías".
Luis Martí (Acciona): ""El sistema de suscripción de las baterías puede reducir hasta un 30% el precio de compra inicial"
Las ventajas de la movilidad eléctrica son conocidas, sin embargo, su versión ligera es una solución que "tiene un papel todavía limitado, pero que puede contribuir de manera sustancial a una movilidad, dentro de las ciudades, que sea más fluida, más sana y, en general, mejor para todos los habitantes", apuntó Luis Martí, director de Regulación de Acciona.
En cuanto a las ventajas para preferir el coche ligero frente al tradicional destaca la ocupación del espacio, que es mucho menor, mientras que "la eficiencia energética es mucho mayor", comentó Martí. Además, en un contexto de crecimiento poblacional, cambiar coches tradicionales por movilidad ligera "reduce sustancialmente en torno al 60% de espacio", por lo que es mucho más fácil aparcar.
Otro de los temas que se debatió es la accesibilidad. Pese a que siempre se ha tendido a pensar que los vehículos eléctricos ligeros son caros, "ahora no solo hay un programa de ayudas fundamental, sino que además se trata de un coche barato". "En primer lugar, por una cuestión evidente, como que por su tamaño se paga menos carrocería, y además, en nuestro caso, el sistema de suscripción de las baterías puede reducir hasta un 30% el precio de compra inicial", explicó el directivo.
Expuso que "en España tenemos el Fondo Social Para el Clima", a través de este se recaudarán fondos con la aplicación de un nuevo sistema de derechos de emisión. Hay que buscar fórmulas para que gracias a los fondos que se obtenga, "se facilite a los grupos más vulnerables la adaptación a este nuevo sistema", apuntó Martí. En este sentido mencionó como ejemplo el leasing social que se implantó en Francia, porque "muchas veces cuando se rompe el coche no tienes la liquidez necesaria para comprar uno nuevo". De este modo, se podría adquirir uno por 150 euros al mes y existiría ahorro, debido al combustible de carga lenta. Martí aseguró que "si antes gastabas 100 euros, ahora entre 20 y 25 euros". Este modelo había sido un "éxito enorme", de hecho, añadió que "desde la Unión Europea también se está promoviendo".
Pese a los avances, "todavía es necesario poner en valor el papel de este tipo de movilidad", indica el directivo, explicando que con la ayuda de las administraciones se puede conseguir. Por ejemplo, "dando facilidades para el despliegue de puntos de intercambio de baterías, que complementen la red de puntos de recarga rápida y la de recarga lenta -puntos domésticos-". El experto lamentó que esto se debía, parcialmente, a que "no está regulado".
En relación con las subvenciones, el directivo expuso que cuando un particular pone un punto de recarga privado en casa tiene subvención, del mismo modo que si lo hace en un punto de recarga público, sin embargo, "cuando se trata de un punto de intercambio de baterías como los de Silence, no existe", aseguró Martí.
También agregó que se necesita un cambio en la fiscalidad, porque "los impuestos en hidrocarburos son muy bajos para lo que deberían ser y los de la electricidad son muy altos".
Joaquín Catalá (Ministerio de Industria y Turismo): "Los problemas de congestión son una realidad y el vehículo eléctrico es una oportunidad"
"Los problemas de congestión de las ciudades son una realidad y vemos que realmente cada vehículo eléctrico es una oportunidad en muchos sentidos", aseguró Joaquín Catalá, subdirector general de Gestión y Ejecución de Programas Industriales del Ministerio de Industria y Turismo.
El subdirector destacó que la movilidad eléctrica ligera ayuda, por un lado, a "eliminar la dependencia energética" y, por otro, a "tratar de hacer más sostenible el sistema energético en su conjunto ". Además, insistió en que esta "debe ser vista como algo en lo que hay que estar subido". Catalá agregó que un país con una industria fuerte "debe adaptarse para estar preparado para competir".
Por esta razón, desde el Ministerio de Industria se han invertido casi 3.000 millones de euros dentro del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) del Vehículo Eléctrico y Conectado, "para desarrollar la base industrial y tecnológica española con el fin de adaptar las cadenas y líneas de producción a la fabricación de los vehículos eléctricos", expuso Catalá. La propuesta se ha enfocado, sobre todo en las baterías, que son "el componente clave". Por ello, "hemos invertido casi 800 millones de euros para la instalación de fábricas de baterías", declaró el subdirector y añadió que "en ellas se introducen los modelos que se están montando y se observa la cobertura de las necesidades de movilidad". De esta forma, se obtiene una visión a largo plazo porque "pensamos que no tiene vuelta atrás, independientemente de qué tecnología se imponga", alegó Catalá.
Gracias a la inversión, se pretende dar lugar a nuevos vehículos fabricados en España, que "nos permitan mantener nuestra posición como fabricante". Además de ello, se aspira a "desarrollar nuevos modelos de negocio, que nos posibiliten que en nuestras ciudades se sigan utilizando los vehículos de una forma más colaborativa y más sostenible", manifestó el subdirector.
En relación con la presión fiscal y con los incentivos, Catalá expuso que había que considerar que hace una década "el 80% de las exportaciones europeas venían del sector del automóvil y el cambio de modelo hacia los eléctricos y las nuevas barreras arancelarias implican un nuevo escenario". En este sentido, para el subdirector es importante ser conscientes de que "las presiones del entorno son las que son". Además, agregó que "la economía estratégica va a tener que definirse y trabajarse".
En cuanto a la adquisición de vehículos eléctricos, Catalá expuso que cuando hay un sistema de incentivos, "la gente sí toma un vehículo eléctrico". Tomó como ejemplo las ayudas que se ofrecieron para la restitución de vehículos para los afectados por la DANA en Valencia del año pasado. El resultado es que "estamos apunto de agotar los fondos", concluyó el subdirector.
Susana Gómez (Comunidad de Madrid): "Se ha de realizar una colaboración público-privada y legislar con los que conocen el sector"
Para Susana Gómez, subdirectora general de Transportes y Movilidad de la Comunidad de Madrid, es necesario potenciar la micromovilidad. Sobre todo en ciudades como Madrid, donde "hay 16 millones de desplazamientos diarios, cuatro de ellos de movilidad forzosa, y el 40% son de vehículo privado".
Además de fomentar este tipo de movilidad, Gómez puso el foco en la regulación de estos vehículos, al manifestar que "la movilidad eléctrica ligera, a día de hoy, no tiene una definición jurídica" y agregó que "lo que no tiene definición legal es muy difícil que se pueda regular".
A pesar de este vacío regulatorio, Gómez reconoció que la micromovilidad ha llegado y "no solamente a través de estos vehículos ligeros, que eficientan los movimientos urbanos", y tampoco solo para el transporte, sino también para la logística y la distribución de las mercancías.
Por esta razón, la representante de la Comunidad de Madrid adelantó que "se habilitará normativamente la posibilidad de que los ciclos de hasta 25 kilómetros puedan circular por España". Una acción inspirada en países como Alemania o Dinamarca, "donde los siniestros por micromovilidad y el número de fallecidos es menor que en España". Por lo que, se trata de una opción más segura y sostenible, que ha demostrado que ayuda a combatir el tráfico.
En relación con las infraestructuras, Gómez explicó que en nuestro país la situación es diferente a la de los países nórdicos y que "poner puntos de recarga en Madrid es complicado", debido a que "un porcentaje elevado de la población vive en el centro". Aunque "también contemplamos cómo es la situación en el ámbito rural", porque existe una gran dependencia de vehículos privados en las zonas rurales".
Para Gómez, no hay una sola solución y asegura que "tenemos que potenciar los modelos de movilidad compartida", además de revisar "no solo los modelos de fiscalidad, sino también los de financiación como hacen otros países como Francia". La subdirectora puso en valor la necesidad de incentivos, porque "en nuestro país nadie va a compartir su coche con su vecino, si no hay una motivación".
En cuanto a la hoja de ruta que pretenden seguir desde la Comunidad de Madrid, es trabajar "sobre todo a través de la ley de movilidad". La micromovilidad se regulará "a partir de mesas sectoriales que contemplen legislar la implantación de mecanismos de financiación y planificación", junto con los principales fabricantes eléctricos y contando con la participación de toda la cadena de motor eléctrico.
"Tenemos que hacer un ejercicio de colaboración público-privada porque tenemos que legislar de la mano de los que mejor conocen el sector", argumentó Gómez. Con ello se refería a los principales fabricantes de vehículos y de infraestructuras.
Josep Mariné (Silence): "Las tres ventajas de utilizar estos vehículos son la sostenibilidad, la movilidad urbana y el coste"
Los beneficios de elegir un coche eléctrico y ligero son múltiples. Josep Mariné, director de Operaciones en Silence destacó tres ventajas: la primera es la sostenibilidad "tanto a nivel energético como medioambiental"; la segunda es que permite la movilidad urbana e interurbana, "gracias a su tamaño"; y, en tercer lugar, "hay facilidad de compra" porque "hemos puesto el foco en reducir el coste en un sector que antes era relativamente caro".
Pese a estas características positivas, hay un aspecto que retiene el mercado de este tipo de automóviles. Se trata de los puntos de recarga, un tipo de infraestructura que en nuestro país tiene una presencia reducida. No obstante, en Silence se reinventaron. "En nuestro caso no hace falta una gran infraestructura para cargar el vehículo, ya que tienes la opción de hacer la recarga, mediante baterías extraíbles e intercambiables o en un enchufe doméstico", manifestó Mariné.
Otro punto a favor de la micromovilidad es que hay modelos que pueden usarse sin carné de conducir "como el L6, que puede utilizarlo cualquier persona". Esto hace que el público objetivo sea muy extenso, ya que va "desde los 15 años", especificó el director. Además de por la edad, los reducidos costes, en comparación con los vehículos tradicionales, también promueven que el mercado sea aún más amplio. El directivo reconoció que "nos hemos esforzado mucho en que sea accesible". De hecho, el precio del automóvil oscila entre los 9.000 y los 13.000 euros, una cifra mucho más baja que si se tratara de un vehículo tradicional.
El impacto social es otra de las razones para confiar en este producto, porque "es un coche construido y diseñado 100% en España y cada vez con una amplia gama de proveedores", relató el experto. Y añadió que "hemos apostado en quedarnos, mientras Nissan se iba de Barcelona, Silence y Acciona tomamos el relevo en el uso de sus instalaciones de Zona Franca (Barcelona)".
Los incentivos impulsan también la adquisición de este tipo de vehículos. Una buena noticia que ha sucedido esta semana es la aprobación la prórroga del Plan MOVES III, una iniciativa económica de 400 millones y que se aplicará de forma retroactiva desde el 1 de enero, proporcionando un nuevo impulso a la movilidad sostenible en España. Estas ayudas han facilitando la compra de más de 142.000 vehículos eléctricos y la instalación de más de 113.000 puntos de recarga.
"Ahora de lo que se trata es de ver lo que ha funcionado y seguir llevándolo a cabo", señaló el directivo de Silence, para quien es importante fijarse en lo que se hace fuera de las fronteras, poniendo como ejemplo a China, "donde hay una enorme implantación de los vehículos eléctricos".
Desde Silence han diseñado un producto que se salta las barreras existentes, como las vinculadas a la dificultad de generar una red de puntos de recarga en ciudades compactas, donde muchas casas no tienen su propio aparcamiento que permita instalarlos. Aún así, "necesitamos apoyo para que la gente vaya a comprar", dijo Mariné.