Transportes y Turismo

La caída del Gobierno de Portugal deja en el aire la venta de TAP por la que puja IAG

Airbus A320 operado por la aerolínea lusa TAP.

Víctor de Elena

La crisis política en Portugal que se ha saldado con la caída de su primer ministro, Luis Montenegro, encamina a la paralización el proceso de venta de TAP, la aerolínea de bandera del país, al quedar el Ejecutivo en funciones con poderes limitados. El decreto-ley que debía formalizar la privatización estaba listo para publicarse este mismo mes, pero su tramitación ha quedado suspendida tras el rechazo a la moción de confianza que encamina al país a sus terceras elecciones en cinco años.

La privatización de TAP es una de las operaciones que tenía sobre la mesa el Ejecutivo del PSD, y que ahora quedará en suspenso hasta la formación de un nuevo Gobierno, previsiblemente tras las elecciones anticipadas de mayo. La legislación portuguesa establece que un Ejecutivo en funciones debe limitarse a la gestión ordinaria, lo que podría retrasar el proceso de enajenación entre seis meses y un año.

La aerolínea portuguesa es objeto de interés por parte de los tres principales grupos aéreos europeos: IAG, Lufthansa y Air France-KLM. La compañía anglo-española, matriz de Iberia, ha manifestado su interés en adquirir el control de TAP para reforzar su posición en las rutas trasatlánticas. La germana y la franconeerlandesa también buscan ganar presencia en América Latina, lo que ha generado una competencia directa entre los grupos.

El Estado portugués ha impuesto condiciones a los posibles compradores, entre ellas, el mantenimiento del hub en Lisboa y la continuidad de las rutas estratégicas con Brasil y América del Norte. En caso de que ningún oferente acepte estos requisitos, el Gobierno mantendría el control de TAP, opción defendida por el Partido Socialista, que propone una venta parcial en la que el Estado conserve la mayoría accionarial.

El actual Ejecutivo dejó el proceso en manos de Parpública, el holding estatal encargado de gestionar las participaciones públicas, que ya había seleccionado a Bank of America como asesor financiero y a Morais Leitão para la parte jurídica.

Sin embargo, el bloqueo político complica los plazos. El ministro de Presidencia, António Leitão Amaro, reconoció que la venta de TAP es una decisión que requiere un Gobierno con plenos poderes. Aunque el Ejecutivo en funciones podría continuar con los preparativos, la decisión final dependerá de la nueva administración.

El desenlace de la misma se antoja lejano. Aunque PSD y PS coincidían en la necesidad de vender la empresa, no se han logrado poner de acuerdo en el porcentaje de desinversión, un aspecto que podría complicarse aún más en caso de un bloqueo político si no se conforma una mayoría clara.

Mientras tanto, TAP continúa operando con normalidad. En 2024, transportó 16,1 millones de pasajeros, un 1,6% más que el año anterior, y mejoró sus ingresos por asiento en un 3,4%, en línea con el sector.

La alta velocidad Lisboa-Oporto-Vigo seguirá su curso

Los planes ferroviarios puestos en marcha por el Gobierno de Montenegro no se frenarán, una vez enviados a la Comisión Europea para lograr financiación. Portugal tiene en marcha las conexiones de alta velocidad desde Lisboa a Madrid y otra a Oporto y Galicia, pero la gestión de los proyectos y la construcción de los mismos está encomendada a Infraestructuras de Portugal, el ente público encargado de desarrollar las grandes obras del país. Su Consejo de Ministros aprobó el miércoles que se estudien otras conexiones con España, como la de Salamanca.