El pueblo de Valencia que se eleva sobre un risco de 600 metros de altura: solo se accede por un túnel y cuenta con un Museo de la Tortura Medieval

Los meses de octubre son perfectos para disfrutar de una escapada sin las altas temperaturas o las multitudes que se pueden encontrar en verano. Muchos ya han puesto la vista en los destinos rurales, pero la zona de costa aún tiene muchos encantos que ofrecer. De hecho, este pequeño pueblo alicantino tiene lo bueno de los dos mundos: por un lado se encuentra muy próximo a la zona de playa, por el otro está rodeado de montañas y vegetación, además de estar al lado de su propio embalse.

Guadalest es uno de los mejores destinos para disfrutar de una escapada tranquila, rodeado de paisajes naturales y un ambiente histórico. Este encantador pueblo en la provincia de Alicante, ubicado en lo alto de una montaña y rodeado por las sierras de Aitana y Xortà, ofrece una combinación perfecta de historia, cultura y naturaleza en un entorno sereno, ideal para esta época del año.

La historia de esta localidad se remonta a la época musulmana, cuando fue fundado como una fortaleza estratégica. Su castillo, conocido como el Castillo de San José, se erigió en lo alto de un acantilado, con vistas impresionantes al valle que lo rodea. Con el paso de los siglos, y tras la llegada de los cristianos, la ciudad fue transformándose, pero mantuvo su carácter defensivo y su estructura medieval, que hoy es uno de sus principales atractivos.

Al llegar a Guadalest, lo primero que impacta es su acceso único a través de un túnel excavado en la roca. Este túnel lleva directamente al corazón del casco antiguo, donde se encuentran las casas tradicionales, los museos y, por supuesto, los restos del castillo. Uno de los lugares imperdibles es la Casa Orduña, una mansión del siglo XVII que ahora alberga el Museo Municipal, donde se puede conocer más sobre la historia del pueblo y sus antiguas familias nobles.

Desde lo alto del castillo, las vistas hacia el valle y el embalse de Guadalest son espectaculares. El embalse, de aguas color turquesa, se ha convertido en un símbolo del pueblo y es un excelente lugar para actividades al aire libre como senderismo, kayak o simplemente para disfrutar de un paseo tranquilo. En las cercanías, hay múltiples senderos que ofrecen la oportunidad de explorar la naturaleza circundante, con impresionantes vistas de la Sierra de Aitana.

Guadalest ofrece una curiosa selección de opciones culturales, desde el Museo de Microminiaturas, donde se pueden ver objetos diminutos como la Estatua de la Libertad en la cabeza de un alfiler, hasta el Museo de la Tortura Medieval, que ofrece una visión única de los métodos de castigo en la Edad Media.

Cómo llegar a Guadalest

Desde Alicante, toma la carretera CV-70 que lleva directamente al pueblo. El trayecto es de aproximadamente una hora en coche y atraviesa hermosos paisajes montañosos. También hay servicios de autobuses que conectan Guadalest con Benidorm y otros pueblos cercanos, lo que lo convierte en un destino accesible tanto para para todos.