Ni Hervás ni Alcántara: una de las ciudades más bonitas de España y de las pocas que tiene dos catedrales
- Esta localidad destaca por su rico legado cultural y por estar rodeado de un impresionante entorno natural
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elEconomista.es
La provincia de Cáceres se presenta como uno de los lugares más prometedores para viajar durante el otoño y es que su fama es bien merecida por lugares como el valle del Jerte o el pueblo de Cuacos de Yuste. Más allá de los lugares típicos destaca una villa muy pintoresca que cuenta con dos catedrales. Plasencia, en la provincia de Cáceres, es una joya oculta del norte de Extremadura, cargada de historia, encantos y rincones mágicos.
A las orilla del Jerte este pueblo se presenta como un pueblo de gran riqueza histórica. De hecho, esta localidad forma uno de los mayores conjuntos monumentales de esta provincia en los que se puede apreciar el paso de la historia y la relevancia militar que tuvo el lugar durante la Edad Media.
La ciudad, fundada en 1186 por Alfonso VIII de Castilla, tiene el lema "Ut placeat Deo et hominibus" (Para agradar a Dios y a los hombres), lo que refleja el propósito de su creación: ser un lugar donde se viviera en armonía, rodeada por una poderosa muralla que aún resiste al paso del tiempo. En su entorno natural, Plasencia se ve abrazada por el río Jerte, que serpentea a sus pies y otorga un frescor singular a esta tierra de veranos calurosos.
Sus calles adoquinadas son un paseo por la historia misma. Al caminar por ellas, el visitante se topa con palacios señoriales que recuerdan la importancia de la ciudad. Entre ellos destacan el Palacio de Mirabel, un imponente edificio renacentista que perteneció a los Zúñiga, o el Palacio Carvajal-Girón, donde el renacimiento extremeño cobra vida con sus imponentes muros de piedra y su torreón que mira hacia la ciudad.
Sin embargo, el epicentro de la vida en Plasencia es la Plaza Mayor, donde los bares y las terrazas se entremezclan con la arquitectura tradicional. Aquí, cada martes, tiene lugar el mercado semanal, una tradición que se mantiene desde la Edad Media, donde los agricultores y comerciantes de la región traen sus productos.
Una ciudad con dos catedrales
Lo que más destaca de este rincón extremeño son sus dos catedrales. Este hecho, poco común en España, confiere un carácter singular a la ciudad. La Catedral Vieja, de estilo románico, es una construcción robusta y austera, con su torre del Melón como principal símbolo. Esta catedral, iniciada en el siglo XIII, refleja la transición entre el románico y el gótico primitivo.
Junto a ella se alza la Catedral Nueva, una obra monumental de estilo gótico renacentista que impresiona por su fachada, obra del maestro Rodrigo Gil de Hontañón. Ambas catedrales están conectadas, haciendo de este conjunto uno de los más destacados de la arquitectura religiosa en España.
¿Cómo llegar a Plasencia?
Aparte de sus monumentos, Plasencia también tiene una naturaleza privilegiada. A pocos kilómetros de la ciudad se encuentra el Parque Nacional de Monfragüe, un paraíso conocido por sus impresionantes buitres leonados que sobrevuelan el cielo. Y, por supuesto, la comarca del Valle del Jerte, famosa por la floración de los cerezos en primavera.
La ciudad está bien conectada a través de la A-66, también conocida como la Ruta de la Plata, que une Sevilla con Gijón, lo que facilita el acceso desde el sur y el norte de España.