Transportes y Turismo

La impresionante ruta del agua que empieza en un bonito pueblo de Cataluña y termina en una piscina natural con cascada

Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación

elEconomista.es

Arnés es un municipio de Cataluña que pertenece a la provincia de Tarragona. Puede que casi en la frontera con Aragón muchos piensen que es una zona bastante despoblada y sin mucho atractivo, pero nada más lejos de la realidad. Esta región ha conseguido una buena popularidad en los últimos años por su turismo rural y excursionismo en la zona del Parque Natural de Els Ports, con más de 2.700 hectáreas se trata de un entorno único en el que, además, puedes disfrutar de varias rutas para vivir el contacto directo con la naturaleza.

Los ríos Estrechos y Algars, en conjunto a sus charcos y pozas, convierten el sendero en un lugar perfecto para descubrir la flora y fauna de la zona. Desde el pueblo la mejor opción para disfrutar de las vistas más pintorescas sería una ruta de siete kilómetros hasta el Toll de Vidre o poza de cristal en la que se puede disfrutar de su propia playa con orillas formadas con piedras.

Antes de acceder al lugar hay que tener en cuenta que este está regulado por el ayuntamiento de Arnés desde el año 2021, con el fin de evitar así masificaciones en este Parque Natural. Se puede llegar a la poza de dos maneras, o bien en coche o a pie. Si se decide ir andando hay dos opciones que varían en tiempo y dificultad. La primera opción es una caminata de unos 20 minutos por una pista forestal bien señalizada desde Arnés, puedes llegar al aparcamiento cercano y descender a la poza a través de unas escaleras, lo que lo hace perfecto para un paseo breve.

La segunda opción, en cambio, es para quienes buscan una aventura más extensa. Comienza en el itinerario del arroyo de los Valles y te lleva a través del Mas de las Valls y el collado de Xertó, con un recorrido de aproximadamente 7 kilómetros y un desnivel de 200 metros. Este trayecto, que dura alrededor de 1 hora y 45 minutos, ofrece una experiencia más completa, conectando con la naturaleza y disfrutando de vistas panorámicas antes de llegar al Toll de Vidre.

Si se decide llegar en transporte privado hay que tener en cuenta que se debe pagar una tasa por estacionar el vehículo:

  • En coche: 5 euros.
  • En moto: 3 euros.
  • En minibús: 9 euros.

El Toll de Vidre es una poza de aguas turquesas, encajada entre paredes rocosas que reflejan la luz del sol, creando destellos de colores en la superficie del agua. La poza se encuentra rodeada de exuberante vegetación mediterránea, con pinos, encinas y matorrales que añaden un toque verde y salvaje al paisaje. Las aguas son limpias y frescas, ideales para un baño refrescante en los meses más cálidos.

La zona está bordeada por rocas pulidas por el agua a lo largo de los años, lo que permite a los visitantes sentarse o tumbarse mientras disfrutan del entorno. El sonido del agua fluyendo suavemente añade una atmósfera de paz, solo interrumpida ocasionalmente por el canto de los pájaros y el susurro del viento entre los árboles.

Ministerio de Agricultura

Además, en esta poza hay una pequeña cascada que añade aún más encanto a este lugar. Esta, aunque no muy alta, tiene un caudal constante que cae con fuerza sobre las rocas, formando un espectáculo natural de espuma blanca y un murmullo continuo. La cascada se encuentra en un pequeño rincón rodeado de vegetación, donde el agua ha creado pequeñas cuevas y formaciones rocosas interesantes.

El agua que cae forma una segunda poza más pequeña al pie de la cascada, donde se remansa antes de seguir su curso río abajo. Este lugar es perfecto para aquellos que buscan un entorno más íntimo y privado, ya que la cascada y la pequeña poza suelen estar menos concurridas que en la zona principal de Toll de Vidre.

El entorno general es fresco gracias a la vegetación densa que proporciona refugio del sol, especialmente en verano. La humedad del ambiente, junto con el sonido constante del agua, crea un microclima fresco y agradable, ideal para descansar y relajarse.