Los turistas británicos se apresuran a contactar con los hoteles de España para conocer la situación de las protestas contra el turismo masivo

El verano es una época perfecta para hacer turismo y disfrutar de las playas. Sin embargo, las últimas semanas han tenido lugar varias manifestaciones por la saturación turística que se vive cada año en puntos como Mallorca, Barcelona o Baleares. Una situación que despierta la inquietud entre los turistas por si una de esta manifestación termina por afectarlos directamente.

María Gibert, gerente de la asociación de empresas que agrupa al alquiler turístico, ha reconocido que muchos de los clientes habituales que durante años han regresado a Mallorca se han puesto en contacto con sus respectivos alojamientos para conocer de primera mano la magnitud de las protestas. Gilbert confirma que se han realizado varias cancelaciones, pero son puntuales y "esta temporada no nos preocupa porque las reservas ya están hechas, pero no sabemos qué puede pasar a partir de ahora", reflexiona.

La movilización de los residentes de Mallorca han provocado ya dos grandes manifestaciones, a la espera de una tercera que tendrá lugar este domingo en la Platja de Palma, el centro del turismo alemán en Palma. No han sido pocas las entidades que han animado a la ciudadanía a "tomar" el espacio ocupado por los turistas.

Las movilizaciones en el punto de mira de los medios internacionales

Los medios de comunicación internacionales se han hecho eco en todo momento de la situación de los turistas en estas playas de Mallorca, sobre todo los de Reino Unido y Alemania, de donde vienen un gran número de visitantes. Un seguimiento exhaustivo que ha analizado en sus espacios televisivos como se ha llegado finalmente a esta situación límite en Mallorca.

The Telegraph lo ha llegado a definir como el territorio turístico más "hostil" para los británicos por delante de Barcelona, que también figura en la lista.

Nuevas manifestaciones

Las manifestaciones que han conseguido que 20.000 personas salieran a las calles de Palma para exigir cambios en el modelo turístico de la isla bajo el lema "cambiemos el rumbo y pongamos límites al turismo" o "Mallorca no está en venta".

Las autoridades de la isla se han mostrado respetuosas con estas manifestaciones que han tenido un carácter pacífico, a excepción de algunos puntos en los que se han realizado pintadas en las calles con frases contra este turismo masivo. Tampoco se han salvado las inmobiliarias de lujo que estaban en el recorrido de la manifestación de julio, que han sido víctimas de algunos actos vandálicos.