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Así es el pueblo de las cascadas, uno de los más bonitos de Castilla y León perfecto para una escapada de Madrid

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elEconomista.es

Los pueblos del norte de España esconden lugares muy peculiares que merecen mínimo una visita. Es en la provincia de Burgos, muy cerca de su frontera con Cantabria, donde resuena uno de estos pueblos por tener la condición única de que está dividido en dos por una cascada. Se trata de Orbaneja del Castillo, uno de los rincones más bonitos de Burgos que destaca por sus increíbles paisajes y su tan característica artesanía.

Los vecinos del Valle de Sedano no mienten cuando afirman que los de Orbaneja del Castillo gritan mucho al hablar, un rasgo que solo comprendes cuando llegas al pueblo. Al principio el murmullo del agua puede ser agradable, luego se hace un tanto incómodo, pero si convives con este sonido ya no es más que ruido blanco, aunque puede que como consecuencia y sin darte cuenta tiendas a elevar la voz. Sin embargo, la posibilidad de ver este lugar hay que agarrarla al vuelo porque bien merece la pena pasear por sus empedradas calles de estilo medieval, cruzarte con su icónica cascada o probar algún plato de su gastronomía burgalesa.

La historia de un pueblo y una cascada

La tierra en la que ahora se puede disfrutar de Orbaneja ha estado habitado por varios pueblos. Los primeros indicios que se tienen se remontan al Epipaleolítico, siglos VIII-VI a.C., ya que la orografía del lugar hacía propicio que estos pueblos habitaran las muchas cuevas que hay en la zona. Actualmente, las más conocidas son la Cueva del Níspero del Epipaleolítico y la Cueva del Azar, en los que se puede rescatar restos de arte rupestre.

De asentamiento se puede hablar a partir de la Edad Media, cuando convivieron musulmanes, cristianos y judíos. Estaba en una condición un tanto privilegiada porque no tenían que pagar impuestos. Así mismo se encontraban protegidos por la Orden del Temple, ya que era por este camino un lugar de transito de peregrinos hasta Santiago. De hecho, fue por este motivo por el que los templarios levantaron el hospital y el monasterio de San Albín. Sin embargo, no adquiriría la condición de villa hasta la época de los Reyes Católicos.

Como peculiaridad se debe mencionar que, a pesar de su nombre, este lugar no cuenta con ningún castillo, pero si se han encontrado restos de una muralla del siglo XIV.

Por otra parte, destaca su indiscutible gran encanto: la cascada que divide al pueblo. Tiene una altura de 25 metros y termina desembocando en el río Ebro. Su nacimiento tiene lugar en la conocida como Cascada del Agua, que se puede visitar todos los días en horario partido de 10.30 a 14.10 y de 16.30 a 19.10 de lunes a jueves, pero de viernes a domingo este será seguido de 10.00 a 19.40 horas.

  • Cómo llegar a Orbaneja del Castillo