Transportes y Turismo

Un relevo político para sustituir a la 'gran técnica' de Transportes

    David Lucas en unas jornadas de <i>elEconomista</i>. | Foto: Alberto Martín.

    Cristian Reche

    El fiasco en los trenes de ancho métrico a Cantabria y Asturias, un error detectado en la fase de diseño pero agravado por la inacción para resolverse durante dos años, ha terminado con el relevo de la secretaria de Estado de Transportes, Isabel Pardo de Vera, otrora presidenta del gestor ferroviario Adif. Su dimisión fue tan exprés como el nombramiento de su relevo, David Lucas, que evidencia un giro en lo más alto de Transportes para coger peso político ante los retos a abordar y negociar con Unidas Podemos.

    Pardo de Vera, que ha cosechado un largo listado de defensores tras haber progresado en la administración incluso durante la sucesión de gobiernos de distinto color, presentó su dimisión horas después de que la ministra Raquel Sánchez le comunicase que no contaba con su confianza. "Son dimisiones, no ceses, pero en política ya sabemos qué son las dimisiones", resumía Miguel Ángel Revilla en la escenificación del acuerdo con el Gobierno.

    Alejada del ruido político y considerada como la gran técnica de Transportes por su formación como ingeniera de Caminos, Pardo de Vera se despidió a través de una carta en la que enumeraba el largo listado de tareas que su sucesor, un relevo político, tiene por delante. Lucas es de la máxima confianza de la ministra Sánchez, con quien comparte muchas similitudes, como su experiencia en el mundo de la política local tras haber sido alcalde de Móstoles con el PSOE.

    El nuevo secretario de Estado de Transportes ha recibido de la ministra la indicación de terminar este largo listado de tareas a finalizar durante esta legislatura, precisamente cuando quedan pocos meses para la llegada de unas nuevas elecciones que pueden cambiar el ciclo político. Pese a contar con un calendario apretado, los retos ya están sobre la mesa y tienen como principal escollo a su socio de Gobierno. El primero de ellos y más reciente es la nueva fase de liberalización de torres de control de Aena. El proceso está en su fase inicial y se espera para la próxima legislatura, pero ya cuenta con la oposición de la formación morada y de otros pequeños partidos y sindicatos, que ven en este gesto un afán del PSOE de precarizar y privatizar una infraestructura estratégica. Lucas también llega a una secretaría de Estado con iniciativas en estado de letargo, como la definición del pago por uso en las autovías de alta capacidad, anunciado en 2021 y que, pese al compromiso con Bruselas para llevarse a cabo, apenas se ha definido tras las protestas del sector. Se suma a la lista de deberes la reforma del modelo de gobernanza de la Dirección General de Carreteras para impulsar inversiones y la Ley de Movilidad Sostenible. El último reto a abordar es de sobra conocido por el nuevo secretario de Estado: la Ley de Vivienda. A diferencia del resto de iniciativas, el proceso está mucho más avanzado y afronta su última fase parlamentaria, pero, pese a ello, las tensiones entre los socios del Ejecutivo siguen latentes.