Air Nostrum desempolva la fusión con una CityJet mermada por el Covid
- Las dos aerolíneas remiten un nuevo expediente para el visto bueno de Bruselas
- El tamaño de ambas compañías deja a Air Nostrum como el socio fuerte de la alianza
- Bruselas autorizó en 2019 el acuerdo, que no se materializó y ahora debe volver a someterse a análisis
Ángel C. Álvarez, Cristian Reche
Valencia / Madrid,
Air Nostrum, la aerolínea regional propiedad de su presidente ejecutivo, Carlos Bertomeu, y en la que participan los fundadores del IVI, ya ha puesto blanco sobre negro las nuevas condiciones para retomar sus planes de fusión con la compañía irlandesa CityJet. Años después del intento de despegue inicial y una vez superada la pandemia que abortó sus planes, los dueños de la compañía valenciana han remitido un nuevo expediente a las autoridades europeas de competencia, con la esperanza de conseguir una resolución antes de que termine el mes de marzo.
La compañía presidida por Carlos Bertomeu explicó el pasado mes de julio, cuando presentó sus últimos resultados, que quería volver a poner en marcha esta alianza que pasa por no llevar a cabo una fusión convencional, sino mantener las marcas y crear una sociedad conjunta que posea las participaciones de ambas aerolíneas. Unos planes que pretenden ser el primer paso para concentrar el sector de la aviación regional en Europa en torno a Air Nostrum, sumando otras pequeñas aerolíneas independientes en el futuro.
Desde la aerolínea valenciana explicaron que aunque la unión de ambas compañías ya recibió el visto bueno en 2019 de las autoridades de competencia europeas, ahora la Comisión ha vuelto a pedir que se formalizara ese trámite al haber pasado cuatro años desde la anterior aceptación.
Air Nostrum inició sus planes de fusión con CityJet en 2018. Ese año, ambas compañías firmaron en el marco del Farnborough International Airshow un acuerdo de intenciones que conducía, a priori, a una cooperación más estrecha entre las dos aerolíneas, mediante la creación de un holding.
El grupo que entonces preveía dar a luz iba a sumar 2.700 empleados y una flota de 90 aviones con negocios complementarios. Por un lado, Air Nostrum ponía a disposición su amplia red de vuelos regulares a cerca de 60 destinos dentro de Europa y África; por otro, CityJet ofrece vuelos con contratos wet lease (alquiler de vuelos con tripulación) con compañías como Air France, Brussels Airlines y SAS.
La situación hoy es muy distinta. La crisis del coronavirus ha redimensionado ambas aerolíneas y las ha cargado de deuda a través de ayudas públicas estatales que se activaron para garantizar su supervivencia. Air Nostrum perdió más de 140 millones durante los dos primeros años de pandemia y recibió 111 millones de euros a través del Fondo de Solvencia para Empresas Estratégicas (Fasee) de la Sepi.
CityJet, por su parte, se acogió a la legislación irlandesa y se reestructuró a través de un proceso conocido como examinership, con el objetivo de proteger sus activos de posibles reclamaciones de los acreedores. Finalmente la compañía ha salido adelante con una plantilla mucho más reducida (ha pasado de 1.250 empleados en 2019 a 600) y limita el radio de sus operaciones a Escandinavia, con operaciones entre Copenhague y Estocolmo.
La Sepi da el visto bueno
Una de las cuestiones que plantea los planes de los socios de Air Nostrum de retomar su proyecto con CityJet es que, además del visto bueno de las autoridades de Competencia, necesitarán la autorización de la Sepi. El holding estatal gestiona el fondo que asumió el rescate de la empresa con un préstamo participativo (convertible en capital) a siete años e impone límites a los planes de expansión futuros a las compañías mientras no han devuelto las ayudas. En el caso de Air Nostrum, la compañía presidida por Belén Gualda ha dado luz verde a esta operación.
Por su parte, el presidente de Air Nostrum, Carlos Bertomeu, se ha mostrado siempre confiado en que no la entidad estatal no pondría obstáculos, ya que la integración de compañías para posicionarse como un gran europeo era la base del plan de viabilidad con el que la sociedad estatal avaló la inyección de capital. "Es líder en el transporte aéreo regional en España y una de las cinco empresas más importantes de la Comunidad Valenciana. Su actividad ejerce un papel muy relevante como motor económico, generando valor añadido y empleo", justificó la Sepi tras la aprobación de la ayuda.