Transportes y Turismo

La historia del corredor de bolsa que voló 50 millones de kilómetros durante 21 años gracias a su bono vitalicio

  • Steven Rothstein voló desde 1987 hasta 2008 gracias a su pase vitalicio
  • Pagó 250.000 dólares y después 150.000 para incluir a un acompañante
  • La aerolínea le retiró el pase por "uso fraudulento" y "reservas especulativas"
Foto: Alamy

elEconomista.es

Corría el año 1981. Por aquel entonces, la aerolínea American Airlines lanzó una oferta de un bono vitalicio para que, el que lo deseara, viajara de forma ilimitada alrededor del mundo. La idea estaba pensada para que las empresas lo pagaran y fuera destinado a trabajadores con altos cargos. Sin embargo, Steven Rothstein, un corredor de bolsa estadounidense, decidió cambiar el rumbo.

Rothstein, que viajaba de forma habitual, decidió pagar un bono vitalicio en primera clase. Pagó 250.000 dólares y gracias a ello realizó más de 10.000 travesías durante 21 años, realizando la friolera de 50 millones de kilómetros por el mundo. Era tan habitual verle por el avión que hasta las azafatas conocían su nombre e incluso sus platos favoritos. Era uno más dentro de la compañía. 

Feliz con su inversión, Rothstein decidió pagar otros 150.000 dólares para ampliar esta oferta e incluir a un acompañante en su bono. De esta forma, su mujer, hijos y hasta sus cuñados empezaron a viajar con él. Este corredor de bolsa decidió aprovechar hasta el último centavo la oferta y llegó incluso a invitar al mejor amigo de su hermano a ver un partido de fútbol.

"A mis 11 años, colocamos un gran mapa de Estados Unidos en la pared, detrás del escritorio de la oficina. Después de cada viaje, poníamos una chincheta sobre el estado visitado. Cuando habíamos ido a más de 30, le pedí que parara; quería poder tener nuevas aventuras como adulta", reveló Caroline, la hija de Steven. 

"Durante años, la compañía monitoreó a mi padre para ver cuánto le estaba costando sus boletos dorados en ingresos perdidos"

Sin embargo, todo cambió en 2008, fecha en la que American Airlines decidió retirarle el pase vitalicio AAirpass por usarlo de "forma fraudulenta" y por haber realizado "reservas especulativas". Según contó su hija Caroline en un artículo publicado en The Guardian, "durante varios años, la tercera aerolínea más grande del mundo había estado monitoreando a mi padre y a otros portadores del bono para ver cuánto le estaban costando a la compañía sus boletos dorados en ingresos perdidos".

American Airlines aseguraba que su cliente había reservado en bastantes vuelos el asiento del acompañante, pero que este había quedado vacío durante el viaje. De las 2.648 reservas realizadas entre mayo de 2005 y diciembre de 2008, nadie ocupó la butaca extra en 2.269 travesías. El propio Steven no embarcó en más del 80% de las ocasiones.

Después de retirarle su billete vitalicio, Rothstein decidió demandar a la compañía argumentando que rompió el acuerdo. La lucha legal se prolongó durante años sin ir a juicio y la cantidad de la demanda llegaba a los 7 millones de dólares por daños. "Nosotros pensamos que el 'AAirpass' sería algo que las empresas podrían comprar para sus trabajadores con cargos más altos (...) pronto se hizo evidente que el público era más inteligente que nosotros", indicó Bob Crandall, director ejecutivo de American Airlines durante 1985 y 1998.

Finalmente, en 2013, los tribunales dieron la razón a American Airlines y Steven se quedó para siempre sin su preciado pase. El avión, explica Caroline, era su hogar, especialmente tras sufrir la pérdida de su hijo. "Me robaron. Y lo hicieron maliciosamente. Si hubiera habido un problema, lo correcto habría sido llamarme por teléfono y decirme que les gustaría que cambiara mi forma de usar el AAirpass", alegó el propio Steven.