Transportes y Turismo

El Corredor Mediterráneo, una "colección de retrasos" en fascículos

  • Los empresarios temen que las obras se alarguen hasta 2030

Lucía Gómez

El primer fascículo de un coleccionable es barato y lanza al vuelo la imaginación del que lo compra. Una rueda para construir un coche clásico, una vela para encajar un barco o una vía para una maqueta de trenes son algunas de las colecciones más habituales que se pueden encontrar en los quioscos de nuestras calles. El precio de lanzamiento del primer fascículo llama la atención del comprador, pero pocos son los que consiguen terminar la colección. Como si de una colección de RBA o Altadys se tratase, la iniciativa Quiero Corredor ha creado la 'Colección de retrasos del Corredor Mediterráneo' en el que, con solo una firma "para que dejen de tomarnos el pelo" se entrega un segmento de vía.

Esta acción de márketing se acompaña de un spot para televisión que, creado por After y Jakiens, recuerda a una parodia de los anuncios de coleccionables con las que las editoriales inundaron los kioskos y las parrillas de televisión durante los años 90 y los 2000. De hecho, desde el mismo colectivo señalan que el anuncio sigue la estructura típica de esos anuncios, muy reconocida por el imaginario colectivo.

Durante el vídeo que se emite en televisión se evidencia un coleccionable del Corredor Mediterráneo, una metáfora que quiere poner en relieve los "innumerables" retrasos que está experimentando esta infraestructura en todos sus tramos. Por ello, las maquetas que aparecen en las imágenes están todas iniciadas pero también inacabadas, generándose caos y frustración entre los niños que participan en el spot y sus padres.

Pero esta iniciativa no se queda solo en los televisores. A la redacción de elEconomista.es llegó hace unos días una réplica casi exacta de los coleccionables que se podían (y todavía pueden en escasos casos) encontrar en los quioscos. "La infraestructura ferroviaria que llega por fascículos", se puede leer en el cartón junto a varios sellos en los que, de forma irónica, se hace referencia a las diferencias de ancho entre tramos ("Unas vías de su padre y de su madre: no encajan"), la velocidad a la que pueden circular los trenes por ellas ("Trenes de alta velocidad, más lentos que el caballo del malo") o la fecha de finalización ("2025, o la que diga el político de turno").

Además, debajo de la vía que se incluye a modo de primera entrega, se señala la fecha de la próxima: "Nunca se sabe". "Parece un chiste, pero es real. Llevamos más de 25 años coleccionando retrasos con esta infraestructura ferroviaria decisiva para el futuro de nuestro país. Y los que nos quedan", se puede leer en un folleto adjunto en el que se recogen las líneas maestras de este proyecto clave para el transporte. En el mismo, también se apuntan "las entregas más esperadas", entre las que se destacan La Sagrera (en Barcelona), La Encina (en Alicante), el soterramiento de vías de Murcia y el acceso a Almería.

¿Cómo avanzan las obras?

Las obras del Corredor Mediterráneo siguen adelante. En este sentido, Raquel Sánchez, ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, señaló en un evento de la Asociación de Valenciana de Empresarios que el Gobierno pondrá en marcha hasta 100 kilómetros del corredor hasta el mes de marzo. Además, sacó pecho con que se han instalado otros 233 kilómetros desde 2018.

En concreto, para esta legislatura se terminará el tramo Valencia-Castellón y el acceso al puerto de Sagunto, clave para la gigafactoría de baterías que proyecta Volkswagen. El año que viene estarán en servicio hasta 327 kilómetros.

La iniciativa Quiero Corredor consiguió reunir a 1.500 empresarios en Barcelona para exigir el fin de los retrasos ante el temor de que las obras se alarguen hasta 2030. "El Corredor avanza, pero como país no podemos permitirnos ni un retraso más", advirtió Vicente Boluda, presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios.

En este sentido, la organización señaló que en 2022 quedan todavía siete hitos para avanzar con un Corredor que, como pronto, no estará terminado como pronto hasta 2026. Falta finalizar las obras del túnel de Castellbisbal (Barcelona), colocar el tercer carril en la vía rasante entre Castellón y Valencia, activar la vía única en el tramo Moixent-La Encina, terminar el tramo entre Murcia y Cartagena, soterrar la vía en Lorca, definir la alternativa a la línea Almería-Granada y solucionar la electrificación en el tramo entre Ronda y Bobadilla.

"Si bien es cierto que el Corredor avanza, y es de justicia reconocerlo, ni los retrasos acumulados, ni el ritmo al que lo hace nos puede hacer caer en la autocomplacencia. Como país no podemos permitirnos ni un retraso más porque nuestra industria, nuestro campo, nuestras exportaciones, nuestro turismo, nuestra sostenibilidad", lamentó Vicente Boluda, presidente de los empresarios valencianos.

Pese a la urgencia, y la promesa de que el Corredor Mediterráneo estará listo en 2026, la AVE lamenta que probablemente los trabajos se prolongarán hasta 2030. Y no será por los beneficios que atraería. Según sus cálculos, el transporte de mercancías crecerá un 29%, que dejará de ser por carretera, lo que le resta competitividad.