Transportes y Turismo

El veto a la aviación ejecutiva deja en el aire un negocio de 3.100 millones

  • Francia busca limitar un sector que realizó 110.000 operaciones en España en 2021
  • Emplea a 21.000 personas en nuestro país
Cessna Citation Excel, el avión privado más usado en España.

Lucía Gómez

La propuesta francesa para limitar los vuelos de aviación ejecutiva -conocida comúnmente como jets privados- ha sentado como un jarro de agua fría en el sector que mueve anualmente en España unos 3.100 millones de euros, según datos de EBAA, la patronal europea de las empresas que operan en este mercado. Si se toma como referencia el conjunto de Europa, este sector tiene un impacto económico de 99.900 millones anuales, por lo que una restricción sobre él influiría notablemente sobre la economía de la Eurozona.

Y es que el anuncio por parte del ministro galo de Transportes, Clément Beaune, de que Francia estaba estudiando limitar los vuelos en jet privado sin entrar a explicar la letra pequeña de la medida ha causado estupor en el sector a nivel europeo. El titular de la cartera del país en el que más utiliza este tipo de transporte señaló en una entrevista con Le Parisien que, en su opinión, "hay que actuar y regular los vuelos en jet privado. Se están convirtiendo en el símbolo de un esfuerzo a dos velocidades", apuntaba en relación al plan de sobriedad que ha impuesto Emmanuel Macron en el país y que con la aviación quiere llegar a toda Europa.

Según EBAA, la aviación ejecutiva emplea a 21.000 personas de forma directa e indirecta en nuestro país, 449.000 si se tiene en cuenta el conjunto del continente. En el lado de los movimientos de aeronaves, en España se llevaron a cabo durante 2021 110.744 operaciones de aviación ejecutiva, cifra que escala hasta los 1,4 millones de operaciones si se tiene en cuenta todo el Viejo Continente.

Estas cifras muestran que la aviación no comercial supone alrededor de un 27% de los vuelos que se operan en Europa, cifra que en España se reduce hasta el 21%. En cambio, si se analizan los datos de Francia, el país que promueve las limitaciones que pretende aplicar a todo el Viejo Continente, alcanza el 31,8%.

Dos españoles, en el 'top ten'

Más allá del daño que esta medida pudiese suponer para el sector de la aviación ejecutiva y para la economía en general, hay dos aeropuertos españoles que sufrirían las consecuencias. Ibiza y Palma de Mallorca se colocan, según el informe del mes de julio de 2022 de EBAA, en el top ten de aeropuertos europeos en tráfico de aviación ejecutiva.

En concreto, la isla Pitiusa, cuna de las vacaciones de lujo y escondite de muchos durante la época estival, se coloca en el tercer puesto de la lista de este tipo de tráfico durante julio de 2022. De esta forma, el aeropuerto español está solo por detrás de París Le Bourget y Niza. El siguiente aeropuerto español en el ránking es el de Palma de Mallorca, que ocupa la novena posición.

De hecho, una de las rutas más operadas en España en aviación ejecutiva es la que une Ibiza con Palma de Mallorca, seguida de cerca por el conocido como Puente Aéreo, la conexión entre Madrid Barajas y Barcelona El Prat. También cosecha números relevantes la ruta entre Palma de Mallorca y Menorca.

Aumento de vuelos en 'jet'

Desde la irrupción del Covid-19 en marzo de 2020, este tipo de aviación ha consolidado sus cifras e incrementado sus clientes, sobre todo en España. Así, mientras en el conjunto de Europa se incrementó un 5,1% en 2021 con respecto a 2019, en el caso de España este porcentaje es fue del 20,3%. Y los datos son cada vez mejores.

De hecho, durante el primer semestre de 2022, es decir, entre enero y junio y antes de la llegada del verano, el Aeropuerto de Ibiza recibió más de 6.000 aviones privados, un 13% más que en el mismo periodo de 2021 y un 57% más que en 2019, antes de la llegada de la pandemia. A falta de terminar el tercer trimestre y de conocer los datos oficiales, las cifras del verano consolidarían a Ibiza en el top ten de aeropuertos europeos para aviación privada.

Con estos datos como trasfondo y teniendo en cuenta los planes de los diferentes gobiernos para ahorrar en el consumo de, entre otras cosas, gas y petróleo al tiempo que se reducen emisiones, la propuesta del Ejecutivo galo puede calar en Bruselas. ¿Cómo se limitarían estos vuelos? A falta de más datos, Le Parisien señala que Francia baraja diferentes posibilidades, que irían desde gravámenes que tuvieran efecto disuasorio a obligar a las empresas a hacer públicos sus desplazamientos en avión privado o un dispositivo para impedir su despegue cuando existe una alternativa con vuelos comerciales o con tren.

Según la misma fuente, también estarían valorando la posibilidad que la propuesta se desarrollase en el sentido de integrar la aviación privada en el sistema de cuotas del futuro impuesto sobre las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que se está diseñando en la UE.

De acuerdo con datos de Compare Private Planes, Un chorro muy ligero típico, una aeronave ligera, como un Cessna Citation Mustang o Embraer Phenom 100EV, producirá alrededor de una tonelada de dióxido de carbono por hora de vuelo. En este tipo de aeronaves se transportan habitualmente hasta cuatro pasajeros, por lo que la emisión unitaria sería de 0,25 toneladas de carbono por pasajero/hora. Modelos más grandes, como el Embraer Phenom 300E, en el que se pueden transportar hasta siete pasajeros, emiten, de media unas dos toneladas de CO2 por kilómetro, es decir, 0,33 toneladas por persona. Los grandes jets que pueden transportar entre 12 y 19 pasajeros, sin embargo, emiten 0,33 toneladas y 0,42 toneladas por persona y hora de vuelo. En la aviación comercial, por ejemplo, un A320neo de 169 plazas, da como resultado una cifra cercana a los 50 kilogramos por pasajero.