Telecomunicaciones
Sepi indagó en la crisis de Telefónica Hispam antes de promover la salida de Álvarez-Pallete
- La situación de la filial peruana alarmó a los nuevos accionistas y lastrará las cuentas de 2024
- Laura Abasolo ya admitió en noviembre a los analistas la volatilidad de los negocios en Chile y Perú
- El consejero Carlos Ocaña ha reclamado cuentas y facturas de todas las filiales de la compañía
Antonio Lorenzo
Madrid,
La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) ha indagado en todos los negocios y actividades del operador de telecomunicaciones durante los últimos meses. Según ha podido saber elEconomista.es, este análisis minucioso de la contabilidad influyó en la salida de José María Álvarez-Pallete de la presidencia de la teleco el pasado sábado, mucho antes de la Junta de la próxima primavera. Fuentes conocedoras de la situación han explicado a este periódico que el proceloso estudio contable de la 'teleco' correspondió a Carlos Ocaña, consejero de la compañía en representación de la empresa pública, primer accionista de la multinacional, con el 10% del capital.
El actual adjunto al director General del Real Madrid y ex jefe de gabinete adjunto en la Oficina Económica del presidente del Gobierno, en tiempos de José Luis Rodríguez Zapatero, es un destacado especialista en análisis económico. Según indican las mismas fuentes, Ocaña dispone de amplia formación técnica en asuntos de contabilidad. Y precisamente esta cualificación profesional le facultó para estudiar las principales líneas de negocio de la compañía con el objetivo de conocer de forma precisa la fotografía contable del grupo.
Entre las aristas detectadas por el representante de la Sepi resultó llamativa la crisis de Telefónica Hispam, con un impacto especialmente lacerante en Perú. El mercado andino ya hundió las cuentas del tercer trimestre del año del grupo, al retraer 314 millones de la última línea de las cuentas de resultados. Y esta provisión también dejará su herida en las cuentas anuales, cuya presentación previsiblemente se espera para el próximo 27 de febrero.
Hasta entonces, falta por conocer cómo afectará la adversa evolución de los negocios del otro lado del Atlántico en los resultados del conjunto del ejercicio pasado, pero todo apunta a que la nueva presidencia de Telefónica no le preocupará si el resultado final de la gestión heredada se aleja de las expectativas de los analistas. En el caso de Perú, los problemas se vienen agravando en los últimos meses para Telefónica.
El pasado diciembre, Moody's Investors Service rebajó la calificación crediticia de Telefónica del Perú de B2 a Caa1, al tiempo que dejaba la puerta abierta para nuevas rebajas. Entre sus debilidades esgrimía el debilitamiento de la liquidez, el deterioro en el desempeño operativo y la presión de una importante obligación tributaria pendiente con la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria, por un importe de 345 millones de euros. A lo anterior se suma el riesgo elevado de refinanciamiento y reestructuración de deuda en los próximos meses, con falta de acceso a líneas de crédito.
Ingresos menguantes
Con ingresos hasta el tercer trimestre de 2024 de 1.650 millones de dólares (1.586 millones de euros), la filial peruana se encuentra estos días en un momento inversor decisivo para su futuro, debido a la migración del cable a la fibra, lo que supone esfuerzos extraordinarios en un mercado muy delicado.
Pese a estas mejoras en la calidad y cobertura de las infraestructuras, el grupo observa cómo están menguando las ventas de forma preocupante. Así, hasta el tercer trimestre del ejercicio 2023, el margen de beneficio bruto antes de amortizaciones (ebitda ajustado) de Telefónica Perú se había desplomado del 25,6% hasta casi el 10% a finales de septiembre de 2024, con un ratio de deuda/ebitda que se ha triplicado en el mismo periodo de referencia, desde 2,3 veces a 6,8 veces.
A su vez, el regulador peruano desveló semanas atrás los datos de portabilidad del Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel), con pérdidas de más de 6,3 millones de clientes, con la peor calificación en el Ranking de Calidad de Atención al Usuario del país.
Laura Abasolo, directora General de Finanzas y Control para Telefónica y responsable de Hispanoamérica, ya admitió a preguntas de los analistas que Telefónica Hispam "sigue siendo más volátil, con un comportamiento menos lineal, especialmente en Perú y Chile", en contraste con la "solidez" de otras unidades de negocio, en referencia a Brasil, España, Alemania y Reino Unido.
En el mismo encuentro telemático con las casas de análisis de finales de noviembre de 2024, Abasolo indicó que su grupo está trabajando de forma continua para "intentar construir un entorno más racional en Hispam, reduciendo el solapamiento de redes y utilizando el capital invertido de forma más eficiente, además de explorar posibles oportunidades de consolidación en Chile y Colombia"