Telecomunicaciones y tecnología
Telefónica aumenta su clientela más rentable
- La 'teleco' aumenta los ingresos medios de sus abonados en todos los mercados gracias al vigor de los datos móviles, las conexiones fijas de banda ancha y la televisión de pago
Antonio Lorenzo
La estrategia de Telefónica no tiene vuelta atrás. El futuro pasa por elevar los ingresos de cada cliente, sin la presión de tener que captar nuevos usuarios de forma masiva. La receta de éxito se puede aplicar tanto en Latinoamérica como en el resto de las regiones del mundo. En todas partes se observa que el negocio de las líneas móviles ha tocado techo. Resulta casi imposible encontrar a una persona sin un teléfono en la mano o en el bolsillo. La banda ancha fija registrará la misma suerte en muy poco tiempo. Ante ese panorama de saturación generalizada del consumo la compañía que preside José María Álvarez-Pallete confía la prosperidad del grupo en algunos de los valores que históricamente distinguen a la compañía: calidad, servicio, innovación y respuesta anticipada a las nuevas necesidades de los usuarios. Consulte el especial 'Proyectos extraordinarios en América'
Los datos del negocio en Latinoamérica confirman el camino a seguir por el gigante de las telecomunicaciones. Los crecimientos de usuarios de smartphones avanzan a ritmos anuales de dos dígitos; el consumo de datos se dispara puntualmente de un año para otro; y la demanda de conexiones de banda ancha de calidad no tiene freno. Se mire por donde se mire, tanto en Europa como en América, las nuevas fuentes de ingresos de las telecos modernas mantienen una relación íntima con los servicios y los contenidos que fluyen sobre la fibra óptica y el 4G. Los usuarios no se conforman con disponer de velocidades generosas de conexión descendente, sino también cierta holgura en sentido ascendente, idóneas para compartir contenidos y subir vídeos cada vez de mayor volumen y calidad en las redes sociales.
Puestos a elegir entre -por ejemplo- conservar las fotos de las vacaciones en un disco duro local o en la nube, miles de usuarios prefieren lo segundo, ya que así pueden disponer de ellas en cualquier momento y desde cualquier dispositivo conectado. Eso ocurre entre los usuarios más avanzados y poco a poco los hábitos más sofisticados se contagian en el resto.
Y hay más ejemplos. Hasta hace poco, los usuarios aficionados a las videoconferencias o los videojuegos no reparaban en la importancia de la latencia de sus conexiones, es decir, en el retardo o decalaje que se produce al enviar datos a través de la red. Esa percepción ha cambiado hasta el punto de convertirse en una nueva necesidad. Al contrario de lo que sucedía años atrás, muchos usuarios están dispuestos a pagar un poco más por disfrutar de conexiones de la mayor calidad y fiabilidad, incluida la referida latencia. En ese entorno de saturación, tanto de móvil como de conexiones de banda ancha en el hogar, los estrategas de la compañía mantienen que la batalla no pasa por ganar más clientes sino en retener a los actuales, además de incentivarles para que aumenten sus gastos medios tanto en telecomunicaciones como en otros servicios de valor añadido.
Una posición de privilegio
Telefónica goza en Latinoamérica de una posición de privilegio: o lidera los mercados o, en su lugar, es la alternativa inmediata al primer operador de cada país. Solo América Móvil, propiedad del magnate Carlos Slim, plantea batalla a la teleco española en la región, en un reñida e histórica pugna. Los denominados clientes de calidad propinaron alegrías a Telefónica en Brasil con repuntes en los negocios de contrato móvil, fibra y TV de pago. A pesar del difícil entorno macroeconómico del país, Telefónica mejoró su rentabilidad en el trimestre del año debido a la estrategia centrada en datos, así como por el empeño en la captación de sinergias y eficiencias.
Durante los pasados meses de enero a marzo, y en términos orgánicos, los ingresos de la compañía en Hispanoamérica aceleraron su crecimiento interanual en el trimestre "gracias al continuo foco en captación de clientes de mayor calidad, como LTE, smartphones, contrato móvil, banda ancha y televisión de pago", según explicó la compañía en la última presentación de resultados. En concreto, el uso de teléfonos inteligentes creció el 33 por ciento en términos interanuales en la región, mientras que los accesos de LTE se multiplicaron por 3,5 veces para alcanzar unas penetraciones del 38 por ciento.
En el negocio de fijo, los accesos de banda ancha en Telefónica Hispanoamérica (5,6 millones) aumentaron el 3 por ciento interanual tras registrar una ganancia neta de 14.000 accesos. Este crecimiento fue menor al del trimestre anterior, aunque destaca la mejora de la velocidad entregada a los clientes, de forma que aumentaron los accesos con velocidades superiores a cuatro megas, hasta el 55 por ciento (con un incremento de 5 puntos porcentuales de un año para otro).
La televisión de pago mantiene su crecimiento de dos dígitos en Hispanoamérica, hasta el 12 por ciento, aunque el incremento fue menor que el de otros periodos debido a la menor actividad comercial en Chile. Esa contingencia en el país andino se equilibró "gracias a los fuertes niveles de actividad comercial, principalmente en Perú, gracias a la exclusividad y producción de contenidos propios", añade el operador en el informe de las cuentas del último trimestre.
En Latinoamérica, y a pesar de la crisis que están sufriendo muchos de sus países, Telefónica ha acelerado el ritmo de inversión dando muestras del compromiso por todas las economías de la región. Por lo pronto, la multinacional destinó el año pasado más de 3.060 millones de euros en Hispanoamérica y otros 2.105 millones de euros en Brasil.
Durante el primer trimestre de este ejercicio, la multinacional destinó 348 millones en Brasil, princise produce al enviar datos a través de la red. Esa percepción ha cambiado hasta el punto de convertirse en una nueva necesidad. Al contrario de lo que sucedía años atrás, muchos usuarios están dispuestos a pagar un poco más por disfrutar de conexiones de la mayor calidad y fiabilidad, incluida la referida latencia.
En ese entorno de saturación, tanto de móvil como de conexiones de banda ancha en el hogar, los estrategas de la compañía mantienen que la batalla no pasa por ganar más clientes sino en retener a los actuales, además de incentivarles para que aumenten sus gastos medios tanto en telecomunicaciones como en otros servicios de valor añadido.
Telefónica goza en Latinoamérica de una posición de privilegio: o lidera los mercados o, en su lugar, es la alternativa inmediata al primer operador de cada país. Solo América Móvil, propiedad del magnate Carlos Slim, plantea batalla a la teleco española en la región, en un reñida e histórica pugna.
Los denominados clientes de calidad propinaron alegrías a Telefónica en Brasil con repuntes en los negocios de contrato móvil, fibra y TV de pago. A pesar del difícil entorno macroeconómico del país, Telefónica mejoró su rentabilidad en el trimestre del año debido a la estrategia centrada en datos, así como por el empeño en la captación de sinergias y eficiencias.
Durante los pasados meses de enero a marzo, y en términos orgánicos, los ingresos de la compañía en Hispanoamérica aceleraron su crecimiento interanual en el trimestre "gracias al continuo foco en captación de clientes de mayor calidad, como LTE, smartphones, contrato móvil, banda ancha y televisión de pago", según explicó la compañía en la última presentación de resultados. En concreto, el uso de teléfonos inteligentes creció el 33 por ciento en términos interanuales en la región, mientras que los accesos de LTE se multiplicaron por 3,5 veces para alcanzar unas penetraciones del 38 por ciento.
En el negocio de fijo, los accesos de banda ancha en Telefónica Hispanoamérica (5,6 millones) aumentaron el 3 por ciento interanual tras registrar una ganancia neta de 14.000 accesos. Este crecimiento fue menor al del trimestre anterior, aunque destaca la mejora de la velocidad entregada a los clientes, de forma que aumentaron los accesos con velocidades superiores a cuatro megas, hasta el 55 por ciento (con un incremento de 5 puntos porcentuales de un año para otro).
La televisión de pago mantiene su crecimiento de dos dígitos en Hispanoamérica, hasta el 12 por ciento, aunque el incremento fue menor que el de otros periodos debido a la menor actividad comercial en Chile. Esa contingencia en el país andino se equilibró "gracias a los fuertes niveles de actividad comercial, principalmente en Perú, gracias a la exclusividad y producción de contenidos propios", añade el operador en el informe de las cuentas del último trimestre.
En Latinoamérica, y a pesar de la crisis que están sufriendo muchos de sus países, Telefónica ha acelerado el ritmo de inversión dando muestras del compromiso por todas las economías de la región. Por lo pronto, la multinacional destinó el año pasado más de 3.060 millones de euros en Hispanoamérica y otros 2.105 millones de euros en Brasil.
Durante el primer trimestre de este ejercicio, la multinacional destinó 348 millones en Brasil, principalmente para impulsar el crecimiento comercial, y con el empeño de ofrecer una calidad diferencial en conectividad. También, entre los pasados meses de enero a marzo, el grupo elevó su apuesta inversora local el 31,1 por ciento en términos interanuales, hasta los 459 millones de euros (excluyendo los 133 millones de euros de la compra de espectro radioeléctrico en Ecuador y los 6 millones de euros. A grandes rasgos, las partidas inversoras de la teleco reforzaron el despliegue y la capacidad de 3G y 4G, además de mejorar la red de cobre y desarrollar las redes de fibra y VDSL.
Las tendencias del mercado fijan parte de la agenda del grupo. Según reconoció José María Álvarez-Pallete, en un reciente encuentro sobre telecomunicaciones en Madrid, "el consumidor comienza a mostrarse ávido por conocer qué se les puede ofrecer en las redes de fibra y de LTE". Con esa certeza, Telefónica considera que pisa sobre seguro, tanto en España, Europa como en Latinoamérica.
Telefónica también tiene claro, tanto en España como en Latinoamérica, que la conexión no sólo atañe a las personas, sino también a todos los objetos, lo que a su vez generará un nuevo estallido del volumen de datos.