Los próximos iPhone podrían multiplicar su precio este año y hay un claro responsable: Donald Trump
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elEconomista.es
Dentro de todos los smartphones que hay en el mercado, sin duda uno de los más codiciados son los iPhone, y es que los modelos de Apple se ha situado como los número uno en las listas de millones de usuarios en todo el mundo.
Y eso que no son teléfonos baratos, de hecho, son todo lo contrario y a diferencia de sus competidores la marca no ofrece gamas bajas o precios reducidos, sus móviles nuevos están siempre por encima de la media. Aun así siempre se cuelan entre los smartphones más vendidos cada año en todo el mundo, y es que el deseo de tener un iPhone muchas veces pesa más que su alto coste.
Si bien es cierto que estos teléfonos destacan por sus prestaciones y acabados de calidad, hay quienes todavía no justifican su alto precio, y para aquellos para los que les supone una importante inversión (que muchos hacen cada año con cada nuevo modelo que presenta la compañía), este 2025 podría traerles una mala noticia.
Esto es porque es bastante probable que los nuevos iPhone, en este caso ya toca la generación de iPhone 17, se va a disparar su precio en comparación con años anteriores. El gran responsable de ello es Donald Trump, que acaba de ser nombrado de manera oficial como el nuevo presidente de los EEUU, y ha vaticinado varios cambios y nuevas políticas, que afectan a todo y a todos.
Esto es porque entre sus propuestas se encuentra la de imponer nuevos aranceles del 50% a las marcas chinas o aquellos productos producidos en el país asiático, lo que afectaría directamente a Apple y a muchísimas más empresas de todo tipo. E incluso Trump ha dicho que quiere poner un arancel del 100% sobre los chips de silicio importados desde el país asiático.
Esto afectaría enormemente al precio de los iPhone, ya que les saldría más caros de producir y en consecuencia tendrían que subir los precios de venta para seguir obteniendo beneficios similares a los años anteriores.
Si bien Trump ha asegurado que no es una medida para "hacer daño a las empresas de EEUU", sino más bien para incentivar la producción nacional de estos componentes esenciales para la industria tecnológica, Apple no puede en cuestión de meses cambiar toda su cadena de producción de sus dispositivos, y en consecuencia tendrán que asumir el coste de estos aranceles.