Eduardo Santos-Ruiz: "El Gobierno debe evitar los precios abusivos del vino en la hostelería"
El justo medio ha sido desde los orígenes de Barón de Ley más que una obligación. En un momento donde la relación calidad-precio resulta difícil de encontrar por parte de cualquier consumidor de a pie, el presidente de esta bodega cotizada, Eduardo Santos-Ruiz, defiende con más vehemencia que nunca una política de crecimiento basada precisamente en en la equidad.
Por encima del reparto de dividendo, los esfuerzos de esta compañía se centran principalmente en lograr una buena estructura financiera, costes ajustados y una excelente relación entre su producto y el precio final.
Barón de Ley (BDL.MC) es una bodega creada en 1985 en Mendavia (Navarra), dentro de la Denominación de Origen de Rioja. Desde que comenzara a cotizar en bolsa hace ahora 11 años, muchas son las situaciones por las que ha atravesado esta compañía, aunque como explica su propio presidente, siempre con una misma premisa: "Lograr ofrecer alta calidad a muy buen precio para un cliente medio".
¿Cómo está viviendo Barón de Ley la acusada contracción del consumo?
Este año es complicado. Obviamente, la recesión en el consumo nos está afectando y se reflejará al final del ejercicio con una caída de nuestra facturación cercana al 6% y un bajón del beneficio del 8%. Si se hace caso a los analistas, 2009 dicen que será incluso peor. Lo cierto es que hemos pasado por un período de bonanza demasiado largo, donde el exceso de optimismo e inversión han marcado la pauta. Ahora, hay que apretarse el cinturón y continuar hacia adelante.
¿Cuál es la pata del negocio que más está sufriendo?
El canal hostelería es el que más está notando el descenso. De seguir la tendencia actual, a final del presente año la caída de las ventas en este segmento será de entre un 10 y un 15 por ciento. Pero para esto hay una explicación que no sólo pasa por la crisis.
Y bien...
Actualmente, el sector de la hostelería marca los precios finales que les da la gana. En muchos casos el valor de una botella de vino se triplica desde que sale de la bodega hasta que se sirve en el restaurante. Creo que el Gobierno debería intervenir en este asunto y evitar que se cobren unos precios tan abusivos.
Esta es la principal razón de la caída de las ventas en este canal, y que obviamente nos está perjudicando bastante. Además, si se analiza la evolución de la facturación en el sector de alimentación y venta directa, esta año esperamos un incremento del 5 por ciento, lo que demuestra las preferencias del consumidor.
¿Es este crecimiento una de las consecuencias directas de la crisis?
Cada vez el canal alimentación venderá más vino. En los países de la Unión Europea, actualmente las ventas están repartidas en un 70 y un 30% a favor de la alimentación. En España, al ser un país con bastante cultura de bar, estas cifras está en un 55 y un 45% para la hostelería. Una tendencia que está cambiando.
¿En qué medida les afecta el endurecimiento de la normativa anti-alcohol impuesta en España?
Resulta curioso que España, el mayor país de viñedos en cuanto a extensión y el tercero en producción, sea el que más dureza impone. Para mí, las medidas son exageradas y crean un temor injustificado para el consumo del vino.
¿También están notando la caída de la demanda en los mercados exteriores?
Estamos invirtiendo mucho en nuestro desarrollo internacional. Es donde considero que ahora estamos un poco estancados, algo a lo que tampoco ha ayudado la situación de los mercados exteriores. Hemos pasado por una fuerte depreciación del dólar y la libra, lo que nos ha perjudicado mucho. Es como si de repente bajan los precios sin previo aviso.
¿Cuáles son sus prioridades fuera de España?
Inglaterra, Alemania y los países nórdicos son los más importantes. Ahora también estamos desarrollando el negocio en Estados Unidos. Creemos que hay mucho futuro para el vino de Rioja fuera de España, y en ello estamos trabajando. Ahora mismo nuestras ventas en el exterior representan el 34% de la facturación, aunque queremos que esta cifra alcance el 50% en un plazo medio.
¿Cree que esta crisis desembocará en una reestructuración del sector vinícola nacional?
A mi juicio, en la actualidad hay un exceso de bodegas en España. Estoy convencido de que esta crisis económica ayudará a poner en orden el sector.
¿Tomará parte activa Barón de Ley en esta reorganización?
Si se refiere a compras, lo cierto es que ahora es un tiempo más de compras que de ventas. El problema es que en Barón de Ley estamos obsesionados con la calidad, y sólo estaríamos dispuestos a adquirir bodegas que generen marca y beneficio. Y no hay muchas.
En materia de inversiones, ¿cuáles son sus prioridades?
Tenemos previsto invertir 12 millones de euros durante este año y otros 12 millones el año que viene para abrir dos nuevas bodegas en la Rioja. Vamos a mantener las previsiones en este sentido, sin incrementar nuestra política de inversiones.
¿Qué nuevos proyectos están desarrollando en la actualidad?
Hace unos meses hemos puesto en marcha un secadero de jamones ibéricos adscrito a la Denominación de Origen Dehesa de Extremadura. Creemos que tenemos importantes sinergias en el área comercial, que aprovecharemos. De aquí a un año espero que esta nueva división nos aporte un millón de euros al beneficio.
¿Para cuándo el pago de dividendo?
Preferimos seguir comprando autocartera para remunerar a nuestros accionistas. Con esta política hemos amortizado un 10% del capital este año. Esta es nuestra idea, otorgar más participación al accionista para que luego, si lo desea, pueda vender en el mercado. Lo del dividendo no nos atrae por el momento.