Iberdrola: cinco principios esenciales para un entorno seguro

El Grupo Iberdrola está llevando sus deberes al día. Tanto es así que ha reducido en un 30% el índice de accidentalidad entre el personal propio en los últimos tres años. Este dato demuestra la visión y los valores del grupo, teniendo presente en todo momento el bienestar de los trabajadores. A pesar de que esta compañía ya contaba con una Política de Seguridad y Salud Laboral, aprobada por el Consejo de Administración de la compañía, debido a la Covid-19 tuvieron que adoptar medidas extraordinarias para combatir la pandemia desde el comienzo de la misma. Para llegar a tener cero accidentes disponen de un Plan Estratégico en Seguridad y Salud Laboral que desarrolla la política corporativa de prevención de riesgos laborales que tiene como objetivos básicos lograr una progresiva reducción de los índices de accidentalidad a nivel internacional; continuar mejorando las condiciones de seguridad en el trabajo y haciendo que estos sean cada vez más saludables y potenciar una cultura de excelencia.

A pesar de lo novedoso de la situación, Iberdrola ya se había preocupado mucho antes por las situaciones de riesgo que viven sus empleados en ciertos lugares, ya que algunos están expuestos a sustancias peligrosas, por lo que implica importantes problemas de seguridad y salud. Así, para una gestión eficaz de la seguridad y la salud en el trabajo, todas las personas deben implicarse, es decir, tanto los empresarios, como los directivos y los trabajadores. Gracias a todos los esfuerzos que la compañía está llevando a cabo durante estos últimos años se han alcanzado resultados muy positivos, como la reducción del 41% en el índice de accidentalidad en los últimos tres años para empresas contratistas o que en el año 2016 la compañía fue galardonada en la tercera edición del Premio Empresa Saludable 2016 por su planificación y gestión de programas de hábitos saludables.