Salud Bienestar

El error que cometes al lavarte los dientes justo después de comer, según dentistas

  • Se trata de un hábito sencillo que debemos seguir a diario
  • Es importante eliminar la placa dental, una capa pegajosa y sin color compuesta por bacterias
Un joven se cepilla los dientes después de comer. Fuente: Canva.

elEconomista.es

La importancia de lavarse los dientes cada día radica en el mantenimiento de nuestra salud oral y nuestra estética, sirviendo también de protección para evitar la aparición de infecciones y enfermedades bucodentales. Entre otras cosas, este proceso supone la eliminación de bacterias procedentes de las comidas a diario.

Y es que, de lo contrario, estas se adherirán fuertemente a la placa, formando un capa que con el paso de los días se hará más resistente y difícil de eliminar. Por si fuera poco, el cuidado de los dientes evita la aparición de halitosis, mal aliento y sarro.

En profundidad

Lo recomendable para mantener todos los dientes y las encías sanas es cepillarse al menos dos veces al día, siendo lo ideal hacerlo por la mañana y después de la cena. Como si fuera un tratamiento antibiótico, cada 10 o 12 horas. Esta periodicidad evitará la acumulación de placa bacteriana en los dientes.

Y no solo eso: también la aparición de otras muchas enfermedades como las caries, la periodontitis o la gingivitis. Eso sí, no es aconsejable lavarse los dientes con demasiado frecuenta, puesto que si lo hacemos más de tres veces en un día se corre el riesgo de alterar el esmalte natural de la dentadura, destruir la microflora sana existente en la boca...

A tener en cuenta

Pese a que parece un procedimiento que todo el mundo sabe hacer desde muy pequeño, sin aparentes complicaciones, la realidad es que se siguen repitiendo algunos errores. O al menos así lo ha explicado 'Clínica Dental Aparicio' en su web:

  1. Cepillarse con demasiada fuerza. Puede dañar las encías y el esmalte dental, aumentando el riesgo de sensibilidad y sangrado. Hay que optar por movimientos suaves, partiendo de la base del diente, con cuidado y como si se estuviera barriendo.
  2. No cepillarse el tiempo suficiente. Las prisas suelen llevar al cepillado rápido, sin dedicar el tiempo necesario para una limpieza adecuado. Es recomendable cepillarse durante al menos dos minutos, después de cada comida.
  3. Usar un cepillo desgastado. No son eficientes para eliminar la placa y pueden albergar bacterias dañinas. Hay que sustituir el cepillo cada tres o cuatro meses. O antes, si está defectuoso.