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Antes tiraba las cajas de leche del supermercado, pero no lo hago desde que me he dado cuenta que son un tesoro para organizar la casa
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elEconomista.es
Mantener el orden en el hogar es uno de los deseos más repetidos por los españoles para este 2025. Normal, claro está. Pese a que son numerosos los trucos que ofrecen los creadores de contenido para organizar el hogar en redes sociales, lo cierto es que existe algo cotidiano que podemos reutilizar y darles una nueva vida.
Se trata de las cajas de leche gastadas de los supermercados (de 6 bricks). Al parecer, su forma rectangular y tamaño muy compacto las convierte en contenedores ideales para almacenar objetos en espacios pequeños, como cajones o armarios.
En profundidad
Y no solo en el baño, donde pueden emplearse para guardar productos de belleza o accesorios como peines y horquillas, sino también en el dormitorio, siendo perfectas para mantener el orden en los cajones. Incluso en la cocina, donde son muy útiles para organizar sobres de té o paquetes de especias.
A diferencia de cajas más pesadas o rígidas, estas pueden colocarse y moverse sin apenas esfuerzo. Al ser reciclables, por si esto fuera poco, se pueden desechar de manera respetuosa con el medio ambiente cuando ya no se necesiten, finalizando el ciclo de usos sostenible.
Más detalles
El procedimiento es muy sencillo. Tan solo es necesario la caja de leche, un trozo de tela suficientemente grande como para cubrir todo el interior de la caja y parte de los lados exteriores y el fondo, cola -o una pistola de silicona caliente- cuerda de algodón, un disco de madera y un par de asas de mimbre u otras fibras naturales.
Y manos a la obra. Tenemos que cortar la parte superior de la caja, marcándola con la ayuda de una regla para que quede recta. Luego, cortamos dos cuadrados de la parte de encima, que nos servirán para tapar los agujeros de los laterales de la caja y una lámina rectangular del tamaño del fondo de la caja.
A continuación, cubrimos el interior de la caja con la tela de saco y pegamos los laterales con un poco de cola para que se queden fijados. Forramos también con la tela la lámina de cartón que irá al fondo de la caja. Acto seguido, enrollamos la cuerda blanca en la parte inferior exterior de la caja y en uno de los lados largos de la caja, pegamos el disco de madera.
Por último, colocamos las asas en el interior de los lados pequeños de la caja. Ahora ya solo queda disfrutar del nuevo aspecto de nuestro hogar, que seguro sorprenderá a los visitantes.