Las personas que a los 60 años están mejor de salud suelen hacer este hábito todos los días
- La alimentación y el ejercicio físico son fundamentales a cualquier edad
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Víctor Ruiz
La alimentación y el ejercicio físico, sin pasarse, son fundamentales a cualquier edad. Es por ello que cada vez más gente trata de cuidarse para el día de mañana. Sin embargo, la salud física no es la única que importa para tener una mayor calidad de vida cuando se sea mayor.
Es por ello que ejercitar la mente se vuelve fundamental para las personas mayores de 60 años, y no nos referimos a hacer sudokus u otros rompecabezas. Se trata de sacar los pensamientos de la cabeza durante unos minutos y organizarse con una agenda escribiendo a mano.
Puede parecer casi impensable que a día de hoy alguien dedique tiempo a escribir con un papel y boli, ya que todo queda registrado en pantallas, con las notas o en el calendario del móvil. Un avance tecnológico que, según algunos estudios, también implica un retroceso cognitivo.
Si no se escribe a mano, con mayor razón a partir de los 60, esto podría tener consecuencias en la salud mental. La práctica de escribir no es una manera de rememorar un tiempo pasado, sino que tiene una función cognitiva. La escritura despierta un circuito mucho más completo y exigente que el que entra en juego al teclear.
Un estudio publicado en Frontiers in Psychology detalló que aquellos estudiantes que emplean la escritura a mano, en lugar de los teclados, tienen más patrones de conectividad cerebral. Con esta actividad neuronal se fomenta la formación de memoria y la codificación de nueva información.
"La escritura a mano requiere un control motor fino de los dedos y obliga a los estudiantes a prestar atención a lo que hacen. Escribir a máquina, por otro lado, requiere movimientos mecánicos y repetitivos que intercambian la conciencia por la velocidad", apunta el estudio.
Un boli y papel requieren que el celebro coordine movimientos más precisos, por lo que visualizar y traducir ideas se convierte en un mecanismo que fortalece estas conexiones.
El neurólogo Alejandro Andersson apunta que "escribir a mano puede ayudar a mantener la función cognitiva y prevenir un deterioro acelerado. Es comparable con lo que se hace en talleres de memoria".
Lo que sorprende de este estudio es que escribir a mano, sin recurrir a literatura o largos textos, es ya un entrenamiento cerebral. Bastaría con tener una agenda y apuntar pensamientos, la lista de la compra o eventos próximos para que la maquinaria mental trabaje.
Además, la escritura puede tener un efecto relajante. Se dedica un momento para uno mismo y se concentra en el momento.
Las personas que ya superan los 60 pueden ver en este ejercicio una manera de estructurar su vida y su mente, poniendo palabras a lo que piensan a la vez que ejercitan la memoria, la atención y la creatividad.