Salud Bienestar

Lo estás haciendo mal: la manera correcta de comerse un kiwi según una experta en nutrición


Víctor Ruiz

En cada lugar existen costumbres y hábitos particulares a la hora de comer. En el caso del kiwi, surge la duda de si es mejor partirlo por la mitad y comerlo con cuchara, como si fuera un yogur, o pelarlo y comerlo de la manera tradicional. Sin embargo, Marian García, doctora en farmacia y nutrición, ha explicado que, para aprovechar al máximo los beneficios y nutrientes del kiwi, lo ideal es consumirlo de otra manera.

Comer kiwis con piel es la "pera limonera", o al menos así lo explica la experta en nutrición. "Un kiwi con piel aporta en torno a un 50% más de fibra, un 32% más de folatos y un 34% más de vitamina E que uno pelado".

Aunque la cuestión no se queda solo con estas ventajas y añade que además "comer un kiwi con cáscara tiene tres veces más actividad antioxidante que comer la pulpa sola".

La pelusa del kiwi

Muchos son los que expresan su rechazo ante la idea de comerse la piel de esta fruta, pero Marian da una supuesta solución a esto: "Después de lavarlos, porque hay que lavarlos muy bien bajo el chorro del grifo, frotalos con un cepillo de verdura suave o con un paño limpio".

Como último detalle puedes o bien cortar los extremos más duros o, si tienes buena dentadura, comértelos directamente.

Además, esta fruta con piel tiene varios beneficios, ya que la piel contiene nutrientes y fibra que pueden potenciar sus efectos positivos.

  • Mayor contenido de fibra: La piel del kiwi es rica en fibra, lo que mejora el tránsito intestinal y ayuda a prevenir el estreñimiento. También contribuye a la sensación de saciedad, lo que puede ser útil para controlar el apetito.
  • Antioxidantes: La piel del kiwi contiene antioxidantes, como la vitamina C y los flavonoides, que ayudan a combatir el daño celular y contribuyen a la salud de la piel y el sistema inmune.
  • Beneficios para la salud digestiva: La fibra de la piel favorece el crecimiento de bacterias saludables en el intestino, promoviendo una flora intestinal equilibrada y apoyando la digestión.
  • Menos desperdicio: Comer el kiwi con piel reduce el desperdicio alimentario, aprovechando todo el fruto, lo cual es una opción más ecológica.