Alimentos integrales: ¿realmente engordan menos? Propiedades y beneficios
- Al ser menos procesados tienden a tener menos ingredientes adicionales no saludables
- La principal diferencia radica en cómo el cuerpo procesa estos alimentos
- En el mercado no todos los productos que dicen ser "integrales" realmente lo son
elEconomista.es
Los alimentos integrales a menudo son imprescindibles para aquellos que buscan tener una dieta saludable. Pero, una de las preguntas más frecuentes es si los alimentos integrales realmente ayudan a mantener o incluso reducir el peso. Es común escuchar que los productos integrales "engordan menos", pero ¿qué tan cierto es esto?
En este artículo, vamos a explorar qué son los alimentos integrales, sus propiedades, beneficios y la realidad sobre sus efectos para la pérdida de peso.
¿Qué son los alimentos integrales?
Los alimentos integrales son los cereales que se encuentran en su forma más cercana a su estado natural, es decir, han sido mínimamente procesados. A diferencia de los productos refinados, como la harina blanca o el arroz blanco, que pierden gran parte de sus nutrientes en el proceso de refinamiento, los alimentos integrales mantienen todas las partes del grano: el salvado, el germen y el endospermo.
El salvado es la capa externa rica en fibra, minerales y antioxidantes; el germen contiene vitaminas, proteínas y grasas saludables; y el endospermo es la parte interna rica en carbohidratos. Al mantener estas tres capas, los alimentos integrales conservan su valor nutricional completo, ofreciendo un perfil de nutrientes más equilibrado.
Tipos de alimentos integrales
Existen muchos alimentos que pueden ser consumidos en su versión integral. Algunos de los más comunes son:
- Cereales integrales: Son los cereales en su estado original. Entre ellos se encuentran el arroz, la avena, la cebada, el centeno y el maíz.
- Pan integral: Hecho con harina integral, es una alternativa más rica en nutrientes que el pan blanco.
- Pasta integral: Elaborada a partir de harina integral de trigo o de otros granos, como centeno o espelta.
- Legumbres y granos enteros: Lentejas, garbanzos, quinoa, trigo sarraceno y mijo son otros ejemplos de alimentos integrales.
- Frutas y verduras sin procesar: Aunque no son "granos integrales", se consideran alimentos integrales en cuanto a su estado natural y sin modificaciones.
Propiedades y beneficios de la comida integral
El consumo de alimentos integrales trae consigo numerosos beneficios para la salud. Algunas de las propiedades más destacadas de este tipo de alimentos incluyen:
- Rica fuente de fibra: Uno de los componentes clave de los alimentos integrales es la fibra, que favorece el tránsito intestinal, previene el estreñimiento y ayuda a regular el nivel de azúcar en sangre.
- Mayor contenido de nutrientes: Los alimentos integrales contienen más vitaminas, minerales y antioxidantes que sus versiones refinadas. Nutrientes como el hierro, zinc, vitamina B6 y vitamina E se encuentran en concentraciones más altas en estos productos.
- Control de la saciedad: Gracias a su alto contenido en fibra, los alimentos integrales ayudan a mantenernos llenos por más tiempo, lo que puede reducir el impulso de comer en exceso entre comidas.
- Mejora del control de los niveles de azúcar en sangre: Al digerirse más lentamente, los carbohidratos integrales provocan un aumento más gradual de los niveles de glucosa, lo que es beneficioso para prevenir picos de azúcar y reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
- Promoción de la salud cardiovascular: Diversos estudios sugieren que una dieta rica en alimentos integrales puede reducir el riesgo de enfermedades del corazón, ya que mejoran el perfil de lípidos en sangre (colesterol y triglicéridos) y ayudan a controlar la presión arterial.
¿Engordan menos los alimentos integrales?
Aquí es donde surge la duda. ¿Los alimentos integrales realmente engordan menos? La respuesta no es tan simple como un "sí" o un "no". Hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones:
- Calorías similares, digestión diferente
Es importante destacar que los alimentos integrales tienen una cantidad de calorías similar a los alimentos refinados. Por ejemplo, 100 gramos de arroz integral y 100 gramos de arroz blanco contienen casi la misma cantidad de calorías.
Sin embargo, la diferencia radica en cómo el cuerpo procesa estos alimentos. La fibra en los alimentos integrales ralentiza la digestión, lo que significa que los carbohidratos se absorben de manera más gradual, evitando picos de azúcar en sangre que podrían llevar a antojos y comer en exceso.
- Mayor saciedad
Los alimentos integrales también nos hacen sentir más saciados durante más tiempo debido a su contenido en fibra. Esto podría traducirse en una menor ingesta total de calorías a lo largo del día, lo que a largo plazo puede contribuir a la pérdida o mantenimiento de peso.
No es que los alimentos integrales por sí mismos "engorden menos", sino que la sensación de saciedad que proporcionan puede hacer que comamos menos cantidad y con menos frecuencia.
- Menos azúcares añadidos
En muchos productos refinados, como el pan blanco o las galletas, se añaden azúcares y grasas para mejorar su sabor. Los alimentos integrales, al ser menos procesados, tienden a tener menos ingredientes adicionales no saludables, lo que puede hacer que su perfil nutricional sea más adecuado para quienes buscan controlar su peso.
En resumen, los alimentos integrales no necesariamente contienen menos calorías, pero pueden ayudar a controlar el peso debido a su impacto en la saciedad y la regulación del apetito.
- Cómo comprobar que un producto es realmente integral
En el mercado, no todos los productos que dicen ser "integrales" realmente lo son. Muchas veces, se utiliza la etiqueta "integral" como estrategia de marketing, aunque el producto contiene una mezcla de harina refinada y una pequeña porción de harina integral.
Para asegurarte de que estás comprando un producto realmente integral, aquí te damos algunos consejos:
- Revisar la lista de ingredientes: El primer ingrediente debe ser "harina integral" o el grano integral correspondiente, no "harina enriquecida" o "harina refinada".
- Buscar sellos de certificación: En muchos países, existen sellos que certifican que un producto es 100% integral.
- Observar el color: Aunque el color marrón suele asociarse con lo integral, no siempre es un indicador fiable. Algunos productos refinados son coloreados artificialmente para parecer integrales.
- Leer el contenido de fibra: Un buen indicador de que un producto es integral es su alto contenido en fibra. Comparar las etiquetas de productos similares puede darte una pista sobre su verdadero contenido nutricional.
Conclusión
Los alimentos integrales, aunque no necesariamente engorden menos en términos de calorías, pueden ser una herramienta útil para mejorar la salud y controlar el peso gracias a sus propiedades nutricionales, su capacidad saciante y su impacto en la digestión.
Además de ser más ricos en nutrientes esenciales, ayudan a mantener los niveles de energía más estables. Sin embargo, es fundamental aprender a leer las etiquetas para asegurarnos de que estamos eligiendo productos realmente integrales y no dejarnos llevar únicamente por el marketing.